Las telecomunicaciones en el mundo acumula dos años de mal comportamiento en Bolsa que le han situado a la cola por sectores por la revalorización de sus acciones – en su caso en flagantes números rojos-. En Europa, la trayectoria ha sido más negativa, y en este ejercicio, a Vodafone los inversores le han adjudicado el no deseado primer puesto por descensos acumulados dentro de las telecos europeas. Fue un tema al que aludió este jueves José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en la reunión que la cúpula de la compañía ha mantenido con 900 directivos de todo el mundo.

Si meses atrás, la cotización de la empresa era un problema de primera línea para la dirección, ahora los inversores se muestran más positivos con el valor, y la presión se ha relejado. No es que la cotización recoja el valor de la empresa -los analistas en su inmensa mayoría aconsejar comprar o mantener-, pero la trayectoria es más positiva. La compañía encadena seis sesiones alcistas en Bolsa, que le han permitido subir del orden del 8%, con lo que casi anula las pérdidas que la acción acumulaba en 2018.  Telefónica se ha apuntado más del 1,5%, hasta casi los 8 euros.

Además del impulso dado por los rumores de operaciones corporativas, los mensajes lanzados este jueves y viernes por el presidente también ha tenido un efecto catalizador en el mercado. Desde Bankinter se estima que la multinacional va a seleccionar sus posiciones, para desprenderse de las actividades o zonas que no aporten una determinada rentabilidad.

Pallete señaló que Telefónica va a acentuar su apuesta por la digitalización, en la simplificación en la gestión de activos «con foco en aumentar el retorno del capital empleado (ROCE)». La compañía, añadió, ha sido capaz de identificar para cada mercado donde opera, las oportunidades de crecimiento en las que se enfocará durante los próximos años.

Y muy gráficamente dijo: «No es importante si el vaso está medio lleno y medio vacío, lo único importante es que puede rellenarse».