Endesa ha presentado este miércoles la solicitud formal de cierre para sus centrales de carbón de Andorra (Teruel) y Compostilla (León) al ser «imposible» abordar las inversiones necesarias para que estas plantas cumplan con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020, informó la compañía.
La energética indicó que la decisión, que ya había anticipado el pasado mes de noviembre en la última actualización de su plan estratégico, es «plenamente coherente con su compromiso de conseguir un sistema energético totalmente descarbonizado en 2050, así como con los criterios de la política energética nacional avanzados por el Ministerio para la Transición Ecológica».
En paralelo a la solicitud de cierre, de la que se ha informado al Ministerio, a las autoridades de las comunidades autónomas de Aragón y de Castilla y León, y a las de los municipios en que se encuentran ubicadas las plantas, Endesa ha presentado de manera voluntaria sus planes de futuro para impulsar una transición justa en los entornos de ambas centrales.
En concreto, estos planes incluyen el respeto del puesto de trabajo de todos los empleados de las dos plantas, que ascienden a 166 en el caso de Compostilla y a 153 en Andorra.
En cuanto a los empleados de las empresas auxiliares, la compañía presidida por Borja Prado indica que dará «total prioridad» a su incorporación para acometer los trabajos de cierre y desmantelamiento de las dos centrales, así como en el desarrollo de las nuevas instalaciones renovables que se plantea llevar a cabo en las zonas de ambas plantas.
Endesa estima que los trabajos de cierre y desmantelamiento se prolongarán durante un periodo de tiempo de entre 4 y 6 años y generarán en torno a 130 empleos, con puntas de hasta 200 personas, en cada uno de los dos emplazamientos.
Asimismo, los planes de futuro de la energética para las dos regiones incluyen elevadas inversiones por más de 1.000 millones de euros en nuevos proyectos de energías renovables para el desarrollo de unos 1.300 MW fotovoltaicos.
De esta manera, llevará a cabo hasta 1.000 megavatios (MW) de nueva capacidad solar fotovoltaica en la zona de la central de Andorra que supondrán una inversión de unos 800 millones de euros.
En cuanto a Compostilla, la empresa tiene en estudio proyectos fotovoltaicos por hasta 300 MW fotovoltaicos en la zona de Ponferrada que representarían una inversión de unos 240 millones de euros.
Todos estos proyectos de energías renovables son adicionales a los que la compañía ya tenía previsto llevar a cabo en las regiones en las que se encuentran instaladas las dos centrales y que suman 513 MW eólicos con una inversión de 500 millones de euros en Aragón y 20 MW eólicos con una inversión superior a los 20 millones de euros en Castilla y León.
Además, Endesa subrayó que las instalaciones contempladas en los planes de futuro proporcionarían importantes recursos a los municipios correspondientes a través de impuestos y tasas, así como elevados ingresos en concepto de alquileres a los propietarios de los terrenos en los que se desarrollen esos proyectos.
Por otro lado, la compañía, dentro de este plan, impulsará un programa a fin de que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados puedan presentar alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo en el propio emplazamiento de ambas centrales o en sus zonas aledañas.
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