‘Postales para un niño’: Camino de la inclusión

02/01/2019

Luis M. del Amo. Los Teatros Luchana ofrecen la representación de la obra coganadora de su certamen teatral.

Aún es posible ver Postales para un niño, una obra concebida desde el ámbito de la integración, y ganadora exaequo del primer certamen teatral de los Teatros Luchana de Madrid. La obra, una representación del camino a la madurez que asienta su eficacia en la inclusión de actores no profesionales, combinada con la presencia de un niño y el buenhacer de algunos actores profesionales, así como al concurso de algunos efectos luminotécnicos, permanecerá en cartel hasta este viernes 4 de enero en la citada sala madrileña.

Muy distintas han sido las apuestas que han tratado de incluir al hombre de la calle directamente sobre un escenario, y no a su representación. Recientemente, en Madrid, las Historias de Usera de Sánchez-Cabezudo ahondaba en la misma fórmula, dando entrada en escena al hombre corriente; el actor no profesional cuya condición de ciudadano aconseja, según estas propuestas, su inclusión en espectáculos teatrales.

En este caso, además, la función, producida por la Fundación Jesús Abandonado de Murcia y representada por la Compañía de Teatro Y Más, introduce en el montaje a personas con discapacidad dentro de un movimiento en el que se están produciendo avances muy significativos, cuya amplitud y divergencias no podemos tratar en este momento aquí.

Los resultados, en el caso de esta función, son dispares. Concebida como un camino de iniciación, el esquema argumental, y en general el texto, acusan cierta debilidad. No hay grandes hallazgos, en nuestra opinión, en ese procedimiento de enlazar tiempos distintos; ni en su planteamiento, ni en su desarrollo y ejecución.

Escénicamente, la obra trata de apoyarse en la eficacia de su aparato técnico, en conjunción con el resto de cualidades ya mencionadas. En este asunto también conviene decir que el tratamiento de la luz resulta algo exagerado, a nuestro entender, y que esa tendencia a la desmesura la sitúa en un terreno ‘sensacionalista’ que, en lugar de añadir, resta eficacia al conjunto.

Técnica y pureza

En cambio, dos son a nuestro juicio los elementos más destacados de la representación. Por un lado, la interpretación de los actores con mayores bazas técnicas, no en vano situados al principio y al final del citado camino; tanto la creación del ensimismado artista que abre la representación, como la recreación del autómata, que cierra la función.

Junto a estos elementos, también destaca, por motivos distintos, la simple emoción que destila la canción de la niña y el abuelo; uno de los mayores aciertos de la función, a mi entender; y cuya mezcla de autenticidades, por un lado la de la juventud, y por otro la presencia física de uno de esos ‘hombres de la calle’ ofrece un elevado rendimiento emocional a la obra.

En suma, una muy meritoria aportación al teatro inclusivo, que, a pesar de sus defectos, se sigue con interés y en algunos momentos, con emoción.

Recomendable.

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