El Banco de España cree que el cierre de oficinas y la reducción de cajeros automáticos realizado por la banca desde el inicio de la crisis  no implica necesariamente que la población afectada se encuentre en una situación de exclusión financiera.

En un análisis sobre el ajuste de la banca, publicado en el Portal del Cliente Bancario, señala que entre 2008 y 207 se suprimió el 39% de las sucursales (que se sitúan al nivel de 1981) y el 17,6% de los cajeros automáticos.

El Banco de España reconoce que 4.109 municipios han perdido, hasta 2017, la única sucursal bancaria que tenían. Y que esta situación afecta a 1,25 millones de personas. Pero insiste en que esto no implica necesariamente que la población afectada se encuentre en una situación de exclusión financiera por cuatro razones.

Y aporta varios argumentos:

1.-los municipios afectados están, en muchos casos, próximos a otros con sucursal  o cajero automático. Pone de ejemplo la localidad sin oficina bancaria con mayor población (6.872 habitantes) tiene una sucursal a menos de 3 kilómetros.

2.-si se considera la densidad de población, la gran mayoría de la población española se concentra en municipios donde hay más de 5 sucursales

3.-la banca ha desarrollado canales alternativos para cubrir poblaciones que se han quedado sin sucursal, como oficinas móviles (‘ofibuses’) o agentes financieros que, sin establecimiento permanente, atienden a los clientes periódicamente en aquellos puntos donde ya no existen oficinas bancarias.

El Banco de España recuerda que otros agentes no bancarios están empezando a ofrecer el servicio de retirada de efectivo a través de cajeros automáticos multiuso o con motivo de una compra. Y menciona el acuerdo de Correos con un banco para poner a disposición de los clientes de esta entidad financiera su red de 2.400 oficinas postales para ingresos, retirada de dinero o solicitar el envío de efectivo a domicilio.