El running se ha convertido en una de las prácticas más extendidas a nivel mundial. Muchos lo consideran una tendencia, pero el hecho de calzarse unas zapatillas y salir a correr va mucho más allá de una simple moda. Los expertos afirman que este deporte tiene numerosos beneficios para nuestra salud, ayudándonos a perder peso, ya que es una actividad excelente para reducir nuestro porcentaje de grasa corporal. También llegaremos a conseguir unos huesos y músculos más fuertes, mejoraremos nuestro sistema inmunitario y reduciremos el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con un estilo de vida sedentaria, como diabetes tipo 2, obesidad o hipertensión. Otra de las ventajas es que, por cada 10 minutos de carrera, nuestro nivel de estrés disminuye.

Si ya en cualquier tipo de deporte necesitaremos de un calzado adecuado que nos permita realizar nuestra actividad física, en el running la zapatilla juega un papel fundamental. ¿Son necesarias unas zapatillas de running? La respuesta es unánime: sí. Son totalmente necesarias y a continuación te diremos por qué. Pero antes, te aconsejamos algunas zapatillas Brooks en oferta con las que convertirte en el corredor que siempre soñaste.

¿Por qué son importantes unas buenas zapatillas para correr?

En primer lugar, para correr, se necesita de un calzado adecuado. Es el elemento principal que debemos considerar para evitar futuras lesiones y dañar nuestra salud. Ya seas un corredor amateur o experto, seguro que querrás evitar las tan molestas rozaduras que la gran mayoría de zapatillas provocan la primera vez que nos las calzamos.

También, la zapatilla es la encargada de soportar todo el peso de nuestro cuerpo y de amortiguar los impactos entre nuestras piernas y el suelo que se producen al correr, lo cual puede provocar serias lesiones de rodillas, entre otras.

Pero ¿qué características debe tener mi calzado para correr sin temor a sufrir lesiones?

Lo primero de todo, es que debe ser un calzado cómodo donde nuestro pie no sufra. Cada vez que pisemos el suelo no debemos de sentir ninguna molestia. Ante todo, confort.

Otro aspecto a tener en cuenta es la pisada. Todo corredor tiene un tipo de pisada específica: neutra (pisada con eje vertical y un desplazamiento recto); pronador (el eje se desnivela hacia el interior del pie) o supinador (nuestro eje tiene desnivel hacia el exterior). Debe ser una zapatilla que te ayude a controlar el movimiento y las vibraciones que se producen en nuestros pies mientras corremos. Debe contar con una buena amortiguación que reduzca el impacto de las pisadas.

Además de la pisada, existen otros factores que están relacionados con ella, entre los que podemos destacar el peso del runner, el terreno donde se desarrollará nuestra carrera o la técnica y el estado físico del deportista.

Usar unas zapatillas que no sean adecuadas a nosotros, a menudo producen incomodidad y molestia, las cuales desembocan en lesiones. Estas lesiones pueden aparecer en nuestro tren inferior (tobillo, metatarso, tendón de Aquiles, rodilla, cadera…) e incluso en nuestra espalda, obligándonos a abandonar nuestra actividad durante un tiempo.