Los movimientos para definir el futuro de la cadena de supermercados Dia se desarrollan en estos días en diversos despachos y mesas de negociación, con el objetivo de lograr un pacto que frene el deterioro del grupo. El consejo de administración aportó una de las claves básicas de su posición cuando examinaron la opa lanzada por el principal accionista del grupo, Mijail Fridman: el mensaje mostraba que, frente a una posible oposición total a la oferta, optaban por el diálogo. El plan estratégico conocido la pasada semana no contenía líneas de actuación que difiriesen del esbozo de la hoja de ruta de LetterOne, fondo a través del que el magnate ruso tiene el 29% de la cadena.

Ahora la meta fundamental es un acuerdo con la banca, conversaciones en la que tomará mayor protagonismo Fridman. Dia tiene que lograr más liquidez, refinanciar deuda y hacer frente a los compromisos con los bonistas, con la vista puesta a que algún acreedor promueva una suspensión de pagos. La empresa, con los resultados de 2018, está en quiebra técnica.

Las fórmulas que perfilan para aliviar los compromisos con la banca, que podría incluir un periodo en el que la empresa se viese libre de cargas financieras, están relacionadas o supeditadas a la aportación de dinero que, en el caso de la oferta de Fridman, es de 500 millones de euros. Pero, a su vez, él pone condiciones para inyectar dinero, mientras que los bancos ahora descartan quitas. En este contexto, la ampliación de aseguraba Morgan Stanley por 600 millones es rechazada por el inversor ruso.

Mientras, la actual dirección, liderada por Borja de la Cierva, prosigue con los planes de desinversión de activos para hacer frente a los compromisos de pagos. Un obstáculo en las conversaciones, pero que el consejo de administración, puede aceptar es el cambio en la cúpula de la cadena. un tema que exige Fridman, quien mantiene su intención de contar en Dia con personas de su confianza.