Las puertas de la felicidad

15/02/2019

Luis Picabia. Tim Anthony y Neilson Hubbard transforman la frase hecha y la dejan en  “Sin pena y con gloria”

Tim Anthony nos abre la puerta del pop más vitalista

Su mágico “The Happy Door” no se hace mayor de edad aunque cumpla los 18.

Hay intérpretes que aceptan con resignación el injusto olvido en el que les deja el gran público. Y siguen adelante con su trabajo. Mucha gente considera que pasan por el mundo del arte “sin pena ni gloria” pero esta frase no es de recibo para aquellos  artistas del pop rock que por su vigor y alegría transforman la frase en “sin pena y con gloria”. Penas, las mínimas, se dicen y gloria la que desprenden sus hermosas, vitalistas y vitamínicas melodías.

Es el caso, por ejemplo, de Tim Anthony que, con varios discos en su haber, apenas es reconocido. Si acaso, por haber estado en The Brambles, y poco más. Una lástima. La mayoría se pierde esas canciones que abren las puertas de la felicidad. Por eso, uno de sus mejores álbumes se titula así: “The Happy Door” que, aunque cumple los 18 años, no se hace mayor de edad. Nunca lo será. Lo impiden su frescor e inocencia.

Estamos ante una puerta que  invita a pasar a todo aquel que se sienta irremediablemente atraído por los estribillos pegadizos, la magia de lo amateur, la fuerza de la alegría, las guitarras crujientes, los coros luminosos y los dulces adictivos. Pasa en “All This Time”, “Baby I´m Back”, “It Was You”, “Mary Ellen”, “This Autumn” , “Mondays With You”. Cuando se le inquiere por qué sigue en la brecha  a pesar del escaso éxito responde que la razón se llama Beatles, y Badfinger y Raspberries. Él es un gran discípulo de todos ellos.

Sello: Jealousy. Precio: 12. Discografía: “My Story”, “Retrofit”, “Things That Once Were”, Influido por: Dwight Twilley Band, Matthew Swett, Rubinoos.

Neilson Hubbard, capitán de quinceañeros

El músico norteamericano sigue en la pelea con “Cumberland Island”

Gracias  a su labor como productor y a su participación en bandas sonoras de series de televisión  como la de “Ghost  Stories”, Neilson Hubbard puede alimentarse físicamente. No se lo permitirían las ventas de sus magníficos discos. Unos discos plenos de sensibilidad pop rock, con aditamentos de country y de folk que los hacen indispensables a la hora de citar músicos que deberían estar en el altar.

En poco tiempo, esperemos, está previsto que edite nuevo álbum. Se titula “Cumberland Island” y el pequeño grupo de conocedores que le siguen por tierra, mar y aire indican que es otra joya. Mientras, podemos recuperar y, al tiempo, reivindicar su álbum “The Slide Proyect”. Un relato, en capítulos de tres minutos, de cómo se encuentran el power pop y la new wave y forman una pareja de música que trasmite felicidad y alegría por todos los poro.

En él se encuentran canciones como “Captain of the Teenagers”, Things Are Golden”, “Paper Star”, “Innocence” o “Backshelf”, pildoras de tanta fuerza y vigor que deberían ser recetada en los ambulatorias para ayudar a superar la gripe este año.

Sello: e pluribus unum. Precio: 12. Discografía: “Why men fail”, “Sing Into Me”, “I Love Your Muscles”. Influencias: Matthew Swett, Velvet Crush, Chris Richards.

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