El chino más antiguo de Madrid sigue en forma

18/02/2019

Carmela Díaz.

El Buda Feliz, un restaurante chino a dos pasos de la Gran Vía, fue el primero de este tipo de cocina que se abrió en la capital hace más de cuarenta años, allá por 1974. Ha seguido siendo un referente durante todo este tiempo, especialmente a raíz de una completa reforma acometida hace poco más de año y medio. En esta nueva etapa su propuesta gastronómica se centra en los originales platos de comida callejera típica china, muchos desconocidos para el público español.

DIM SUM

La carta, que dispone de dos menús degustación de 25 y 35 euros, es muy completa con platos que ofrecen auténtica comida china, otras propuestas más occidentalizadas y sabores originales e intensos, muchos de ellos picantes, como es lo habitual en esta cocina en su país de origen.  Entre ellos destacan los rollitos que están estupendos, las berenjenas marinadas al estilo chino, los tallarines caseros (pide los transparentes hechos en casa marinados con panceta ibérica y cebolletas chinas al wok), las brochetas de pollo con salsa a la pimienta de Sichuan y el pato (elige la versión mejorada de la receta tradicional del pato laqueado con crema de naranja, aderezado con pimienta de Sichuan verde y albahaca).

Lomo de lubina agridulce al estilo de Año Nuevo Chino © Arturo Bibang

También merecen la pena las diversas clases de dim sum: cada día podrás probar alguna de las empanadillas típicas chinas, como xialongbao, gyozas, shao mai, dumplings… Entre ellas siempre vas a encontrar opciones para vegetarianos. Estos días, con motivo del año nuevo chino, están ofreciendo un menú especial por 30 euros que se compone de tres platos más postre. ¿La especialidad estrella de este menú? El lomo de lubina agridulce al estilo de año nuevo.

La decoración actual corre a cargo del estudio Lavela, que se ha inspirado en la ciudad de Shangri-La para conjugar tradición y vanguardia. El establecimiento cuenta con dos plantas, presenta amplias cristaleras, motivos originales y detalles estéticos que consiguen recrear una atmósfera colorida y cálida. ¿Lo mejor? Una amplia cocina vista para que los comensales puedan ir observando en directo el trabajo de los cocineros. En la planta baja se encuentra la barra con banquetas altas y en el exterior también disponen de una pequeña terraza. En la planta superior los techos se decoran con lámparas tipo farolillo y con abundante vegetación: la sensación es la de estar sumergido en un ambiente cien por cien asiático.

Rollitos especiales de El Buda Feliz © Matías Pérez Llera

En general la relación calidad precio de este restaurante es buena (por un precio medio de veinte euros por comensal sales más que satisfecho) y las raciones son generosas. Una advertencia: El Buda Feliz suele estar muy animado y es frecuentado por público de todas las edades. No es difícil encontrarte una cola de espera para cenar entre semana, por lo que recomendamos reservar con antelación.

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