Borja Prado sale de la presidencia de Endesa tras una etapa de discrepancias con Enel

19/02/2019

Tania Juanes. Borja Prado ha sido un presidente para Endesa muy útil para Enel por su buenas relaciones políticas.

Borja Prado

Borja Prado, presidente de Endesa durante diez años, abandona el puesto. El nuevo presidente que podría no tener carácter ejecutivo será ratificado en la junta de accionistas de abril, después que sea nombrado en el consejo del 11 de marzo de la eléctrica, y que previsiblemente entre a formar parte del órgano de gobierno de la eléctrica, en la que todos los miembros, a excepción de Borja Prado, José Bogas y Borja Acha, son representantes de Enel, el grupo italiano que posee más del 70% del capital.

Si bien Enel basa su salida en prácticas de buen gobierno, que incluye la no permanencia en la presidencia más de 10 años (Borja Prado tomó posesión de cargo en 2009), otras cuestiones están detrás de este movimiento en la cúpula. Según se conocía en el sector, las relaciones entre Borja Prado y Francesco Starece, máximo ejecutivo de Enel y vicepresidente de Endesa, eran tensas.

Se han señalado cuestiones relacionadas con otras actividades profesionales de Prado, hombre muy unido a Mediobanca, pero también suman, y quizá con más peso, las diferencias respecto a la estrategia de los inversores italianos en su filial española.

A un pay-out (parte de los beneficios que de destinan a retribuir al accionista) del 100%, que supone una gran fuerte de ingresos para Enel pero limita la capacidad de crecimiento de Endesa, se une su anterior salida de América Latina en favor de la matriz, y la obligación de centrarse en el mercado ibérico.

Con diferencias que ya se percibieron en el pasado, Borja Prado ha sido un presidente muy útil para los italianos. Sus relaciones políticas merecen un sobresaliente, señalan incluso personas no próximas a él. Y no sólo con el PP, con el que lógicamente tiene más proximidad: ha sido un buen interlocutor con el PSOE: en estos últimos meses, mejor que otros presidentes del sector. Sale, eso sí, con una indemnización cercana a los 13 millones de euros.

La pregunta que siempre aflora en un escenario como éste se centra en sus sustituto. Con un consejero delegado, José Bogas, que cuenta con más poderes, y el respaldo de Enel, se apunta a un presidente no ejecutivo: en realidad, con el 70% del capital, las decisiones sustantivas, se toman en Roma. Se comentan las posibilidades de Juan Rosell, y también se abre un interrogante respecto al futuro de Borja Prado, que ha aparecido en varias quinielas en los últimos años: desde Repsol, Naturgy a Abertis.

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