Interrupted, la comedia gestual que ha recalado de nuevo en Madrid en su cuarta temporada en el Teatro Lara, funda su propuesta en la interpretación de cuatro actrices, al cargo de una triple misión. Por un lado, dar vida a Anabel, su protagonista, una joven envuelta en un torbellino laboral; por otro, al resto de personajes; y por último, y he aquí lo más granado del montaje, a los objetos con que se cruza Anabel, una realidad rebelde que construye a ojos del espectador la metáfora visual de la quiebra de la realidad que sufrirá su joven protagonista.

Estos objetos animados directamente de manos del elenco – un despertador, una librería, una cama o un automóvil – se combinan además con diálogos, que, sin embargo, forman la mayor debilidad de la obra de la joven compañía ‘Teatro en vilo’.

Y es que hay que ver cómo gana altura el espectáculo cuando el grupo se emplea en encarnar a objetos y lugares, por ejemplo un automóvil, cuyo volante sostiene una actriz, mientras otra empuña el retrovisor, y una tercer el pomo de la puerta, en una actuación al unísono que van colmatando una estructura formal que constituye lo más meritorio del montaje; no por la precisión que exige a sus intérpretes, sino principalmente por el que goce que despierta en el espectador esa realidad transmutada por la talentosa manipulación que ejercen sus autoras y sus intérpretes.

Este trabajo gestual e imaginativo ha merecido un rosario de distinciones, desde una candidatura a los premios Max de Teatro, hasta menciones de los Teatros del Canal de Madrid o de un festival londinense, siempre en el apartado de noveles o promesas.

Debilidades de un primer espectáculo

Y hay que destacar su condición novel porque, además de estos aciertos, la obra muestra algunas debilidades. La principal es cierta falta de acabado y alguna precipitación, cuyos orígenes y resultados conviene detallar.

Por un lado, la mayor falla en mi opinión proviene de la calidad de sus textos. Al espectáculo le sobran palabras. Pero además, necesita mejorar de forma notable la calidad de algunos de sus diálogos en aquellas escenas que sí los necesitan, que, hay que insistir, son muchas menos de las que muestra actualmente.

Por otro lado, a pesar de su impresionante palmarés, se nota también la juventud y que este es el ¡primer espectáculo! de la compañía compuesta por las actrices Ariana Cárdenas, Andrea Jiménez, Esther Ramos y Noemí Rodríguez; bajo la dirección de Andrea Jiménez y Noemí Rodríguez; autoras también de la creación del espectáculo junto a Fiona Clift y Blanca Solé.

¿Y en qué se nota esta bisoñez? En primer lugar, en la falta de confianza que la función muestra acerca de sus propias posibilidades dramáticas, cuya potencia principal reside en su excelente aprovechamiento de los resortes de la comedia gestual, y no en los textos.

Pero además, el espectáculo adolece también de cierta precipitación, al anclar su ritmo en un frenesí, cuando debiera a veces actuar por contraste y pemitir al espectador, y quizás a su protagonista, emocionarse con lo que pasa, y no solo comprenderlo; tal y como ocurre en mi opinión con la escena de la visita de la madre.

En cambio, lo mejor viene de la mano de las escenas en que, a la animación objetual de manos de las intérpretes, se juntan las transiciones en el espacio y en el tiempo, como sucede en la escena del viaje de la protagonista Anabel con su compañero Toni, que pasa del coche directamente al apartamento de la primerae.

Esta escena revela también sin embargo algunas de las principales debilidades de la obra, como es el recurso innecesario a la palabra, y hubiera mejorado por ejemplo con otro hilo argumental, como por ejemplo metiendo a Toni en la cama con Anabel, y simplemente viendo sus reacciones.

Junto a lo anterior, hay que acabar diciendo que, debido a la juventud de sus intérpretes, estas no han tenido aún tiempo de perfeccionar el oficio de mimo o clown.

Con todo, una simple poda a sus diálogos y la mejora de algunos de ellos ofrecería a mi entender un resultado tan magnífico que permitiría transformar esta función notable en algo sobresaliente.

Recomendable.