La retribución que al final ha desaparecido, conocida como «servicio de disponibilidad», tiene como base el apoyo de las citadas plantas a otras tecnologías, básicamente a las renovables. Es decir, por estar disponibles para entrar en funcionamiento cuando lo decida REE, cuando otras centrales no pueden entrar en el sistema eléctrico.

Y aunque los posibles cierres de plantas depende de los propietarios, también se avisó que esa posibilidad está encima de la mesa. El cambio en la remuneración se une a otros problemas -el bajo índice de funcionamiento de las centrales-, que puede no llegar ni al 2%. 

Si bien, hasta ahora han soportado una situación muy adversa porque, en principio, con los planes de cierre de otras centrales térmicas -carbón y nucleares- las centrales de gas podrían tener más protagonismo en el sistema como respaldo a medio y largo plazo. Pero ni siquiera esas perspectiva les puede empujar a resistir con la orden de peajes aprobada y sin tener en cuenta los recursos presentados. Según los datos de APRIE, los propietarios ni siquiera habrán amortizado la inversión realizada cuando las centrales cumplan con su vida útil.