Mubadala -el fondo soberano de Abu Dhabi- quiere hacer caja con su filial española Cepsa, pero parece que descarta de forma definitiva la salida a Bolsa. En ese contexto negocia la venta de un 30% del capital de la petrolera a un fondo, y medios internacionales destacan que el mejor posicionado es Carlyle. La venta afectaría al 30% de las acciones, y el precio se elevaría a cerca de 3.000 millones de euros, por lo que la empresa quedaría valorada en 10.000 millones.
El objetivo inicial de Abu Dhabi era compartir la empresa con un socio con los mismos valores, según se señalaba cuando comenzó el proceso, pero después en verano de 2018 aumentó la posibilidad de una colocación en Bolsa del 28% del capital, que no iba dirigida a minoritarios, y a un precio de entre 13,1 euros y 15,1 euros por acción, Con esa horquilla la valoración de entonces de la petrolera tenía un techo de unos 8.000 millones.
Si bien todo se complicó, y la inestabilidad de los mercados bursátiles fue decisiva para que el fondo Mubadala, de Abu Dhabi retrase sin fecha la vuelta de Cepsa a Bolsa. También pesó la volatilidad del precio el petróleo, que había abandonado la racha alcista que llevó al Brent (crudo de referencia de Europa) a cotizar en 86 dólares el barril. En la decisión del propietario de la petrolera influyó, asimismo, una cuestión que se ha repetido en otras ofertas de venta: las entidades financieras, algunas relacionadas con el proceso de colocación, elaboraron una horquilla de precios, en este caso de los títulos de Cepsa, que no era la que los eventuales compradores estaban dispuestos a pagar.
Y, pese a que, Cepsa eligió para volver a Bolsa un precio por debajo de la mayoría de las valoraciones, algo no funcionó. La petrolera, que había optado por la colocación entre inversores cualificados del 25% de su capital, eligió una banda entre 13,10 y 15,1 euros por acción; por debajo de la media. La valoración de la empresa quedaba entre 7.010 millones y 8.080 millones, cuando se llegó a estimar un total de 15.000 millones.
Otro factor negativo era el peso que el fondo de Abu Dhabi iba a seguir manteniendo en la compañía, que le daba continuidad en las decisiones estratégicas, como el dividendo (pese a que el comprometido se presentaba como un punto de atracción). Mientras algunos analistas estimaron que Cepsa no cuenta con planes de inversión que le asegurasen el crecimiento.
En el comunicado del fondo Mubadala destacó que no descartaba intentar la operación en el futuro. “Como inversor a largo plazo, consideraremos volver al mercado cuando creamos que las condiciones son favorables”. En este proceso se habían barajado otras alternativas para abrir el capital, entre ellas la entrada de un socio financiero o industrial.
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