Dos tercios del empleo destruido por la creciente automatización del trabajo se corresponde con labores de oficina. En parte serán las máquinas las que se encarguen de asumir este trabajo llamado a desaparecer. Pero también otros trabajadores cuya labor las empresas contratarán o bien en otros países o bien sin mantener con ellos ninguna relación laboral, según detalla un informe sobre el futuro del trabajo presentado hoy en Madrid por la patronal de empresas de trabajo temporal Asempleo.

El documento, elaborado por la organización patronal internacional World Employment Confederation, recalca la importancia creciente de la formación y en particular de los estudios de ciencias como seguro frente al desempleo en un futuro próximo.

Los llamados estudios STEM (esto es, ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas, por sus siglas en inglés) aparecen como los grandes triunfadores de la actual revolución tecnológica que viene de la mano de la digitalización ubicua.

En cambio, los trabajados menos cualificados de oficina aparecen como los primeros en la lista de ocupaciones llamadas a desaparecer, especialmente en las áreas de contabilidad y tareas administrativas, y a consecuencia no solo de la automatización de las tareas rutinarias, sino también de la externalización que fomentan las nuevas tecnologías.

La población activa se duplica

Además, los trabajadores en un mundo globalizado sufren de una creciente competencia en la oferta de fuerza de trabajo. China, Rusia e India, y su apertura a la economía de mercado, ha movilizado grandes masas de trabajadores, cuyo número ha duplicado el contingente de población activa entre 1989 y 2015, hasta los 3.000 millones.

Un fenómeno ligado además a la explosión de la migración, pues se estima que solo en 2009 más de 1.000 millones de personas cruzaron las fronteras en todo el mundo en busca de un empleo, cinco veces más que en 1980.

Y donde también presiona el hecho del creciente envejecimiento de la población, que no es exclusivo de Europa, sino que afecta por ejemplo a China, que en 2050 tendrá a una cuarta de su población mayor de 65 años; y donde España, junto a Corea y Japón, figura entre los países más afectados del mundo.

Desacoplamiento entre trabajo y empleo

La variedad de las formas nuevas de trabajo plantea gigantescos desafíos a Gobiernos y empresas, según detalla el documento. Uno de ellos es el creciente desacoplamiento entre empleo y trabajo, lo que significa que “cada vez más gente podría estar desempleada pero no sin trabajo”, debido a las nuevas modalidades de trabajo, donde destacan las nuevas plataformas a través de Internet.

En primer lugar el informe recomienda a Gobiernos e instituciones “medir mejor” la diversidad de relaciones laborales y modelos de empleos, a fin de poder desarrollar políticas útiles para manejar el fenómeno.

También recomienda fijarse como objetivo aumentar la tasa de empleo o índice de participación de la población en el mercado laboral, especialmente de colectivos como mujeres, jóvenes o jubilados; así como potenciar la formación durante toda la vida laboral, y regular la actividad de las plataformas digitales a fin de garantizar que compiten en igualdad con el resto de empresas.

A los sindicatos, el informe les recomienda “reinventar” la forma de representar a los trabajadores para cubrir diversas formas de trabajo y responder a una fuerza laboral “dispersa y nómada”, con ejemplos como las plataformas creadas para organizar a los trabajadores gig de la nueva economía digital, como Peers.org o Coworker.org.