En una junta de accionistas tensa y repleta de reproches al consejo y a la dirección de Dia, más a los responsables anteriores, el fondo LetterOne, controlado por el financiero ruso Mijail Fridman, se ha impuesto a las propuestas de la compañía, que lidera Borja de La Cierva. Con un 29% de las acciones, en una junta a la que acudió poco más del 54% del capital, el plan de Fridman ha vencido y abre une nueva etapa en la historia de la  cadena de supermercados.

LetterOne partía desde, que se inició la asamblea, con ventaja dado que cuenta con el 29,01% de las acciones del grupo de distribución y alimentación, mientras que el capital representado no alcanzaba el 54%. Si bien, la actitud expresada por los accionistas minoritarios distaba de la satisfacción: reprocharon el bajo precio de la oferta pública de adquisición de acciones – 0,67 euros por título- que previsiblemente ahora se abre -está en trámite en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)-. Pero el programa del consejo y la dirección tampoco cumplía con sus objetivos.

Algunos grupos de accionistas defendían una tercera vía, que podría materializarse, a su vez, por dos caminos, una ampliación de capital más reducida o/y la presentación de concurso voluntario de acreedores, para, a partir de ahí, negociar quitas con la banca y los bonistas. El objetivo era repartir la carga de la crisis.

El triunfo de Fridman tiene lugar, pese a que el día anterior la dirección anunciase un preacuerdo con la banca para refinanciar un préstamo sindicado de más de 900 millones de euros sin vencimientos hasta 2023, aunque supeditado a la ampliación de capital de 600 millones que avalaba Morgan Stanley.

Ahora cambia el interlocutor con los acreedores y lo toma LetterOne, que ya ha tenido conversaciones con la banca, al tiempo que con la dirección. En este contexto, el equipo de Fridman seguirá colaborando con el consejo, al no ser que se produzca un movimiento que lleve a la ruptura. Algo que no se espera, mientras que, por el contrario, todo apunta a que están condenados a entenderse. Lo que parece que no significa que el fondo imponga el cambio del equipo directivo.

En declaraciones a lo largo de estas últimas semanas, directivos del citado fondo han restado importancia a la quiebra técnica en la que se encuentra la compañía, que, afirman, en un apunte contable. No obstante, no descartaban ampararse en la protección que aporta el concurso voluntario de acreedores.

El camino que ahora emprende LetterOne está lleno de dificultades. La banca se guardó un as en la manga, pero no se prevé que lo utilice: poder exigir los más de 900 millones de euros de deuda a Dia en caso, como ha ocurrido, que la cadena cambiase de propietario. También se enfrenta a un opa que ha condicionado a que acuda un porcentaje de accionistas que le dé una participación en el entorno del 65% del capital, y, más allá, abordar un plan de desinversiones y la modificación de la estrategia comercial de un grupo que está presente en cuatro países (España, Portugal, Brasil y Argentina), con una plantilla de 40.000 personas.

La junta de accionistas ha votado la continuidad de Jaime García Legaz en el órgano gobierno de la compañía.