Los veranos duran 5 semanas más que en los años 80 por el cambio climático, según AEMET

27/03/2019

A. Delgado. Un 70% de la población española ya está afectada por el cambio climático, según el Open Data Climático (AEMET).

Las temperaturas medias de todas las estaciones son cada vez más elevadas, pero el ascenso se aprecia más en primavera y sobre todo en verano, que es cada vez más largo y más cálido. Los datos del Open Data Climático constatan lo que ya todos hemos notado en los últimos años, que los veranos se alargan. De hecho, según el informe, duran ahora unas cinco semanas más que en la década de los años 80.

El cambio climático afecta ya a más de 32 millones de españoles, que representan al 70% de la población de España. Los veranos se alargan y aumenta la frecuencia de noches tropicales. Son algunas de las conclusiones del Open Data Climático de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), que cuenta con información de su Banco Nacional de Datos Climatológicos y de un total de 58 observatorios.

El estudio revela que verano en España se está alargando una media de nueve días por década, con lo que esta estación ahora abarca cinco semanas más que a comienzos de los años 80, aunque el calentamiento afecta a todas las estaciones del año. En general, las temperaturas son más cálidas ahora entre abril y octubre, lo que confirma que esta estación comienza antes y termina después. «Es algo que todos notamos y los datos nos vienen a confirmar», destaca Rubén del Campo, portavoz de la AEMET.

Otro dato preocupante que descubre el informe es el aumento de las superficies con clima semiárido, que ya ocupan en España un 6% más que entre los años 1961-1990. Son unos 30.000 kilómetros cuadrados más, un aumento «considerable», según otra de las portavoces de la AEMET, Beatriz Hervella. Las zonas más afectadas son Castilla-La Mancha, el valle del Ebro y el sureste peninsular.

El Open Data Climático confirma que desde 1971 España sufre una tendencia a temperaturas más altas, tanto en valores máximos como en mínimos, lo que afecta directamente al índice de mortalidad. De hecho, los años más cálidos se han registrado en el siglo XXI.

El estudio muestra que de los 58 observatorios analizados, 37 registraron al menos cinco años desde 2011 temperaturas medias anuales situadas dentro del 20% de las más cálidas del periodo de referencia (2011-2018). Estas anomalías ponen de manifiesto que al menos cinco de los últimos ocho años han sido muy cálidos. El caso «más extremo» ha sido Barcelona, donde desde 2011, la temperatura media anual se ha situado entre el 20% de las más cálidas desde este mismo año, periodo de referencia.

En cinco observatorios, entre ellos los de Murcia y Teruel, todos los años excepto uno, han mostrado datos similares, mientras que en Madrid ha sido así en cinco de los últimos ocho años.

El informe de la AEMET analiza también la temperatura del mar Mediterráneo y constata que está aumentando 0,34ºC por década desde principios de los años 80. Este fenómeno provoca una expansión termal que contribuye al incremento del nivel del mar. De hecho, el nivel del Mediterráneo desde 1993 ha aumentado en 3,4 milímetros por año.

Un Mediterráneo cada vez más cálido repercute también en sus regiones costeras, donde aumenta el número de noches tropicales, es decir, aquellas en las que la temperatura mínima iguala o supera los 20ºC.

‘Isla de calor’

Tanto Beatriz Hervella como Rubén del Campo han destacado la amplificación de los efectos del fenómeno ‘isla de calor’, una anomalía térmica positiva que se produce en el centro de las ciudades en relación con la periferia. Según el Open Data Climático, este plus térmico nocturno que eleva las temperaturas mínimas afecta al confort de los ciudadanos por sus efectos nocivos para la salud, en particular para aquellos grupos de riesgo que viven en grandes urbes.

Tanto el calentamiento del Mediterráneo como el fenómeno ‘isla de calor’ sitúan a las grandes ciudades y a la costa mediterránea como los dos entornos más vulnerables dentro de España al cambio climático.

El estudio también ha analizado la forma en que ocurren las olas de calor y de frío. Si bien los episodios fríos disminuyen en número de días, las olas de calor tienden a concentrarse en los últimos años y muestran mayor duración. Este hecho es particularmente relevante, subraya Hervella, al existir una fuerte correlación entre temperaturas máximas y mortalidad, ya que a partir de un determinado umbral de temperatura máxima las muertes aumentan de forma notable.

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