El ambiente de las dos primeras reuniones que mantuvieron los responsables de LetterOne, fondo a través del que el magnate ruso Mijail Fridman tiene el 29% del capital de Dia, y la banca acreedora después de la junta de accionistas no parecían haber servido para avanzar hacia un acuerdo. Las posiciones eran casi diametralmente divergentes en cuestiones centrales, que se podrían resumir en la decisión de Fridman de no invertir un euro más hasta conocer cuál es el futuro de la opa lanzada para hacerse con el control de la empresa de distribución.

Si bien ahora, pocos después, hay más optimismo respecto a la posibilidad de encauzar los dos procesos que se cruzan en un periodo de tiempo de pocas semanas. Por un lado, las negociaciones con la banca en un entorno marcado por el cambio de interlocutor -por el éxito de LetterOne frente al consejo de administración de  Día- y por la necesidad de abordar la quiebra técnica en la que está la compañía. La empresa necesita más liquidez y guiños hacia los acreedores. Y, en paralelo, el calendario de la opa.

Fuentes consultadas señalan que el equipo de LetterOne ha comunicado en la reunión con los acreedores que sus noticias apuntan a que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) -que hace ‘horas extraordinarias’ para acelerar el informe sobre esta operación- podría aprobar la oferta a fin de esa semana.

Si es así, el hecho meterá más presión a ambas partes para encontrar una solución que recoja, por ejemplo, algunos puntos que ya se pactaron con el consejo y la dirección de Dia. El más importante es la refinanciación de deuda por más de 910 millones de euros, aplazando el primer pago a 2023.

La banca ha pedido hasta ahora a Fridman que amortice deuda y que dé liquidez a Dia, bajo el criterio de repartirse las cargas y costes que conlleva el plan de saneamiento de la compañía. Además de otros posibles criterios estratégicos, el fondo LetterOne quiere asegurarse primero que a la oferta que ha lanzado acude al menos el 50% del capital que no está aún en sus manos. Y con los datos de la junta en las manos las dudas existen, ya que podría haber logrado el éxito básicamente por el escasa participación. La cotización de Dia también refleja la incertidumbre.