SI el posible cierre de la planta de Ence en Pontevedra castigó la cotización de esta empresa en los últimos meses, los resultados electorales que permiten al PSOE formar gobierno no ha sido una buena noticia para la compañía gallega. Todo indica que se mantendrán los objetivos medioambientales que lastran el futuro de la factoría. Ence se dejaba a media sesión un 5% que la convierten en el valor más bajista del Ibex en la jornada posterior a las elecciones y el que más pierde del índice de referencia de la Bolsa española en el año. Cerró con una caída del 4,75%.

Ence cuantificó en 185 millones de euros las pérdidas por el posible cierre de la planta, que además es clave en el Ebitda (resultado bruto de explotación). La cotización de la empresa de celulosa y energética ha estado unida al futuro de la planta de Lourizán, en la ría de Pontevedra, desde que Gobierno del PSOE cuestionó la prórroga de la concesión, que, por el contrario, defendió el expresidente Mariano Rajoy.

Así se dejó la defensa de la prórroga ante la Audiencia Nacional a que la dirección de Ence la asumiera en solitario. El comportamiento en Bolsa de esta empresa, que había sido un valor revelación con su vuelta al Ibex, cambió de forma radical. El 1 de junio de 2018 cotizó a 6,90 euros la acción, mientras que el pasado viernes cerró sesión a 5 euros por título, con una caída superior al 26%. La capitalización bursátil descendió en 467 millones de euros. Pasó de liderar el Ibex -se valoraba su estrategia de diversificación, con su apuesta por la energía eléctrica- a ser el peor del índice.