El crecimiento de la actividad en el sector servicios español registró una notable desaceleración en abril, según el índice de gerentes de compras (PMI), que bajó a 53,1 puntos desde los 56,8 del mes anterior, lo que representa la peor lectura del dato en los últimos siete meses como consecuencia de la suspensión de algunos proyectos por el clima de incertidumbre política antes de las elecciones del pasado 28 de abril.

«El sector servicios de España no terminó de arrancar a principios del segundo trimestre, ya que el ritmo de expansión de la actividad se ralentizó debido a las crecientes incertidumbres políticas antes de las elecciones de finales de abril», declaró Paul Smith, economista de IHS Markit.

Durante el mes de abril, el incremento de los nuevos pedidos del sector servicios también se atenuó, mientras que la confianza sobre el futuro cayó hasta su nivel más bajo desde mediados de 2013. No obstante, las empresas contrataron más personal y a un ritmo más rápido, aunque a costa de elevar los costes medios salariales, lo que a su vez provocó un aumento notable de los gastos operativos.

Algunas de las empresas del sector servicios encuestadas optaron por proteger los márgenes de beneficios aumentando sus precios de venta, aunque, como consecuencia de las presiones competitivas, la tasa de aumento de las tarifas fue la más débil en lo que va de año.

De hecho, la confianza con respecto al futuro también se deterioró, alcanzando su nivel más bajo en más de cinco años y medio, aunque Smith apuntó que «los continuos incrementos de los nuevos pedidos y del empleo ofrecen algunas esperanzas de que el retroceso del crecimiento de abril será temporal», apuntó.

De este modo, al tener en cuenta el dato del sector manufacturero, que en abril elevó su crecimiento a 51,8 puntos desde los 50,9 de marzo, el índice compuesto de actividad de la economía española bajó en abril a 52,9 puntos, su nivel más bajo en siete meses.