Las cajas de ahorros han cerrado el 10% de sus oficinas en tres años

20/07/2011

Salvador Arancibia. El proceso de transformación y adecuación de las cajas de ahorros a la nueva situación jurídica y económica avanza: en menos de tres años han cerrado más de 2.000 oficinas y reducido la plantilla en un 7% y han modificado la estructura de los órganos de gobierno de la CECA. Las cajas han ganado un 14% más y reducido sus provisiones a la mitad.

Hace apenas un año que se aprobó la nueva ley de cajas de ahorros que abría la puerta a que estas entidades pudieran acceder a los mercados financieros en busca de los recursos propios necesarios para poder seguir desarrollando su tarea. A día de hoy las 45 cajas existentes han pasado a constituir 18 grupos  multiplicando por tres el tamaño medio de las instituciones. Esta última cifra descenderá a 15 cuando culmine el proceso e integración iniciado por Caja España Duero con la andaluza Unicaja y la fusión de las tres entidades existentes en el País Vasco en una sola.

Los nuevos grupos han iniciado un proceso de racionalización de estructuras muy fuerte de modo que, si a finales de 2008 había algo más de 25.000 oficina de cajas y contaban con una plantilla de más de 135.000 trabajadores, a finales del primer trimestre  de este año las oficinas sumaban 22.400 y los trabajadores se habían reducido a algo menos de 125.000.

La asamblea de la Confederación Española de Cajas de Ahorros celebrada el miércoles ha analizado este proceso destacando que en este periodo la “mitad del sector de cajas de ahorros ha sido capaz de incorporar accionistas privados” a su núcleo de capital señalando sin citarlos en concreto los casos de Caixabank (el banco de la Caixa), Bankia (capitaneado por Caja Madrid y Bancaja cuyo estreno en bolsa ha sido azaroso) y Banca Cívica, el proyecto liderado por Caja Navarra y Caja Sol. Las tres entidades que cotizan en bolsa.

Pero, además, la asamblea general de la CECA, donde están representadas todas las cajas de ahorros ha aprobado una importante modificación de los estatutos que la rigen para adecuarse a la nueva realidad. Y así la ‘caja de cajas’ que hasta ahora se regía por criterios territoriales va a pasar a organizarse en función de los grupos de cajas que conforman la nueva realidad.

En la nueva asamblea general estarán presentes no solo las cajas sino también los instrumentos de que se han dotado las cajas para poder acceder a los mercados financieros en mejores condiciones (SIP, bancos…) El consejo de administración, formado hasta ahora por 21 personas, se reducirá a un número de miembros comprendido entre cinco y quince. La comisión de control, formada por personas distintas al consejo, podrá estar compuesta por entre tres y seis miembros. Todos los nuevos grupos estarán representados o en el consejo o en la comisión de control.

Adicionalmente, y como consecuencia de que en algunas comunidades autónomas siguen existiendo federaciones territoriales de cajas, se ha decidido crear un comisión de federaciones territoriales y una comisión sectorial de obra social y fundaciones, en la que estarán representadas todas las cajas de ahorros existentes. El objetivo de esta comisión, que se coordinará desde la CECA, es potenciar el desarrollo de la obra social que se pretende siga siendo la seña de identidad de las cajas.

La asamblea ha dado a conocer los resultados globales obtenidos por todas las cajas de ahorros en el primer trimestre del ejercicio que ascendieron a 1.300 millones de euros antes de impuestos, con un crecimiento del 4,4% respecto al mismo periodo del año anterior, y de 1.152 millones si se considera el beneficio neto atribuido a la entidad dominante, es decir excluidos minoritarios. Ello supone un aumento superior al 14% frente a marzo de 2010.

La mejora de los resultados se debe a tres factores: la mayor aportación de las empresas participadas por puesta en equivalencia, el importante ahorro de costes derivado del cierre de oficinas y del ajuste de las plantillas llevado a cabo y la reducción de las provisiones.

Efectivamente, el margen de intereses, diferencia entre lo que obtienen por los préstamos concedidos y lo que pagan por los recursos de terceros, alcanzó los 3.000 millones de euros, con un descenso superior al 28% debido sobre todo a los mayores costes de refinanciación de las entidades y al encarecimiento del pasivo.

El margen de explotación del conjunto de las cajas ha seguido descendiendo en casi un 32% pero los ahorros de costes generales, un 5% menos, y los de personal, un 8% inferiores, permiten pensar que las cuentas van a ir mejorando en el futuro inmediato aunque no haya una clara recuperación del volumen de créditos concedidos por las cajas.

Las provisiones y pérdidas netas por deterioro de activos han sumado casi 1.100 millones de euros, cifra que representa casi la mitad de lo contabilizado el año anterior.

El balance de las cajas, como consecuencia de la crisis económica y la reordenación del sector sigue descendiendo respecto a un año antes. Los recursos de clientes, la suma de los depósitos y las emisiones, totalizan 955.000 millones de euros, 16.000 millones menos que en marzo de 2010.

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