La supresión del contrato de emprendedores, el ‘contrato estrella’ alumbrado por la reforma laboral del PP en 2012 que relajaba enormemente las obligaciones de los empresarios, sobre todo el primer año, y gozaba de bonificaciones, explica buena parte – aunque no todo – del frenazo que viene mostrando la contratación indefinida a comienzos de este año.

Este contrato, que eliminó la obligación de los empresarios de justificar el despido y pagar una indemnización durante un extenso período de prueba de un año, llegó a suponer un 12,75% del total de contratos indefinidos firmados durante los dos últimos años: 2017 y 2018.

Sin embargo, el Gobierno socialista hoy en funciones – bajo cuyo mandato la tasa de paro descendió por debajo del 15%, el umbral marcado para su desaparición en el momento de su creación – decidió no renovar esta fórmula, que los sindicatos calificaron como “aún más flexible que los contratos temporales”, y que solo podían utilizar las empresas de menos de 50 trabajadores.

Después de tomar esta decisión, las cifras de contratación indefinida han descendido alarmantemente. Una circunstancia que los críticos atribuyen a la mala gestión del Gobierno socialista, y especialmente a la subida del 22% del salario mínimo interprofesional, mientras que el Ejecutivo se esfuerza por desmentir esta circunstancia y culpar del frenazo en la contratación indefinida – un 7,75% el pasado mes de abril – a la desaparición de este contrato que “parecía un indefinido pero no se comportaba como tal”, según la máxima responsable de Trabajo, Yolanda Valdeolivas.

¿Hasta donde ha influido la supresión del contrato de emprendedores en la caída de la contratación indefinida en el arranque de 2019?

Según los datos del ministerio de Trabajo, la contratación indefinida, una vez restados los contratos de emprendedores, creció un 9,85% entre enero y abril con relación al mismo período del año anterior.

 

Durante los primeros cuatro meses del año se firmaron en España 6.686 contratos de emprendedores; frente a los 94.801 firmados en igual período del año anterior; mientras que, en ese período se firmaron un total de 704.846 contratos indefinidos entre enero y abril de 2019, y otros 730.359 en igual período del año pasado.

Es decir, el número de contratos indefinidos, una vez restados los de emprendedores, se elevó un 9,85% entre el primer cuatrimestre de 2019, con 698.160, e igual período de 2018 , cuando ascendieron a 635.558.

Tan solo 60 contratos en abril

El número de contratos de emprendedores firmados ha ido descendiendo drásticamente en los primeros meses del año, desde los 5.232 de enero, hasta los 62 de abril.

El año pasado, en cada uno de esos meses, se firmaron entre 21.000 y 25.500 contratos bajo esa fórmula de contratación, que en los últimos dos años, llegó a acaparar un 12,75% de todos los contratos indefinidos firmados en España.

Una caída brusca que ha coincidido en el tiempo con el frenazo que experimenta la caída de la contratación indefinida en su conjunto, con tres meses seguidos de caídas, las dos últimas por encima del 7%.

“Hay un efecto innegable desde la derogación del contrato de emprendedores respecto a los datos del año anterior con esa figura que contabilizaba como indefinida, pero no se comportaba como tal, argumentó el pasado lunes la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, durante la presentación de los datos del paro.

Los temporales también frenan

Otras voces, sin embargo, enmarcan esa caída de los contratos indefinidos dentro de una debilidad general de la contratación, en relación, eso sí, con un año excepcional como el pasado. En esta línea la consultora Randstad destaca que, en abril, la contratación temporal apenas creció un 0,46% interanual, lo que evidencia la pérdida de vigor de esta variable en su conjunto.

Sin embargo, la supresión del contrato de emprendedores, y la caída en el número de contratos indefinidos, no supondrá necesariamente un aumento de la inestabilidad en el empleo, según los sindicatos.

Un informe de Comisiones Obreras (CCOO) destaca que, si antes de la reforma laboral que vio nacer al contrato de emprendedores, se necesitaba la firma de entre 1,1 y 1,2 contratos indefinidos para consolidar un puesto estable transcurrido un año; desde 2012, se precisan 1,6 contratos para lograr la supervivencia del puesto transcurrido ese período.

“Se necesita firmar más contratos indefinidos que antes de la reforma para consolidar un empleo estable”, subrayan en este informe sobre la evolución de la contratación indefinida, que afirma que el 37% de los contratos indefinidos, con datos del pasado 2018, no llegan a cumplir un año de vida, de lo que culpan, tras cruzar datos de contratación y de encuesta de población activa (EPA), a la reforma labora y en gran parte al contrato de emprendedores – “un contrato más flexible incluso que el contrato temporal”, reiteran –.

Dicho de otro modo, antes de la reforma laboral, y de la aparición del polémico contrato, la inmensa mayoría de las contrataciones indefinidas, entre el 85% y el 90%, se mantenían al cabo de un año; ahora, con datos de 2018, tan solo el 63%, concluyen.

Datos a los que se aferran desde el ministerio de Trabajo, para afirmar que los último datos de contratación “parecen indicar que se sigue progresando hacia una disminución leve, pero sostenida, de la dualidad del mercado de trabajo”.