Paso a paso, con muchas complicaciones, el magnate ruso Mijail Fridman se acerca a su objetivo: lograr e control de Dia -suma el 58,36% de las acciones-, para a continuación cambiar su estructura de capital el consejo y la dirección de la cadena. Fridman, a través del fondo de capital riesgo LetterOne, ha reafirmado su vocación de inversor a largo plazo y su intención de dar un fuerte giro a la gestión.

Ahora, el resultado de la opa lanzada a Dia -en la que eliminó la cláusula de contar el respaldo de un determinado porcentaje del capital para aceptar el resultado-, le ha convertido en el accionista mayoritario sin modificar el precio -que ha sido muy cuestionado- de 0,67 euros por título. Logró, incluso, el reconocimiento de la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV) de que el precio era justo dadas las circunstancias de la compañía, que arrastra una situación de quiebra técnica.

El resultado de la oferta ha ido acompañado del anuncio de un principio de acuerdo del 16 de los 17 bancos y fondos acreedores, que representan el 77,5% de la financiación sindicada por 912 millones de euros. Fuera ha quedado Banco Santander, pero que es clave para que Dia emprenda la vía prevista por los ya accionistas mayoritarios: la inyección de 500 millones de euros que permitirían salir de la situación de disolución en la que se encuentra.

El plazo termina precisamente el próximo lunes 20 de mayo y si no hay acuerdo con el banco que preside Ana Botín la empresa debería acogerse al preconcurso o al concurso voluntario de acreedores. Con ese obstáculo por salvar, LetterOne ha anunciado el compromiso de suscripción de su parte proporcional y a asegurar – o lograr el aseguramiento de un banco- para el citado aumento de capital por 500 millones. Si bien, a partir del 20 de mayor pueden continuar las negociaciones, aunque en otras circunstancias.