«Esto la fiscalía te lo afina»

20/05/2019

Josep M. Orta.

«Esto la fiscalía te lo afina». Esta frase pronunciada por el entonces ministro del Interior Jorge Fernández Díazen el curso de una reunión con el que era fiscal de la Oficina Antifraude de Catalunya Daniel Alfonso. Lo importante no es que la grabación fuera ilegal, lo importante es lo que se dijo. Ello hace sospechar que la «operación Catalunya» cada día parece que tiene un marco más amplio que llega hasta nuestros días.

El memorial de agravios que sienten muchos catalanes es largo. No sé si empieza con un Estatutoconvenientemente cepillado en el Congreso, en palabras de Alfonso Guerra -y que el PP lideró una campaña de recogida de firmas para impugnarlo ante el Tribunal Constitucional o la discriminación ya venía de mucho antes, pero sería muy largo hacer una detalle minucioso de cada una de las causas que han ido provocando la desafección de los catalanes, por lo que vayamos al desarrollo del juicio por el «procés»

No son pocos los que piensan que la designación de dos juristas que no son expertos en la parte del proceso que les ha tocado no es anecdótica. El desarrollo de esta causa, que evidentemente es un juicio a buena parte de Catalunya, empezó designando no a un instructor experimentado si no a un juez que a lo largo de su actividad profesional apenas si ha instruido sumarios. Ello ha implicado que sus interpretaciones y sus actuaciones hayan escandalizado a no pocos juristas tanto nacionales como internacionales. Su interpretación de las leyes ha escandalizado a muchos y, eso sí, ha contado con el apoyo corporativismo e incondicional de sus compañeros del Supremo. Incluso hay quien ha dicho que en la resolución de los numerosos recursos que ha presentado la defensa tenían como objetivo el “salvar al soldado Llarena”. Y los que han llegado al Tribunal Constitucional parece que almacenan polvo en algún cajón—

Segunda parte, ya en la fase judicial, preside el tribunal Manuel Marchen quien a lo largo de su carrera se ha ocupado de cargos de la fiscalía y los procesos que ha presidido se cuentan con los dedos de una mano (y sobran bastantes dedos, por cierto).

Tanto Llarena como Marchena son conscientes que esta causa la acabarán dirimiendo los tribunales europeos, pero el mal ya está hecho. Desde la larga prisión de algunos encausados, hasta la forma de dirigir las sesiones del tribunal donde escuchaba con atención las agresiones o “miradas de odio” que según los testigos sufrieron unos agentes de cuerpos policiales armados hasta la “agresiva” actitud por parte de unos ciudadanos que defendían su derecho al voto. En cambio cuando los testigos de la defensa dieron una visión completamente opuesta a los de la policía y la guardia civil su incomodidad era manifiesta y su actitud radicalmente diferente dado que cuestionaba seriamente el “relato oficial” de los hechos. Además ha impedido contrastar con las numerosas imágenes gráficas las afirmaciones de algunos testigos y ahora -según la defensa – no parece que se les permita contextualizar los vídeos sobre la actuación policial y contrastar con las declaraciones de los agentes..

Por otra parte decisiones judiciales han desvirtuado los resultados electorales impidiendo a los cargos electos ejercer sus funciones y, en el caso del Parlament, alterando mayorías parlamentarias. O, ahora permitiendo que la Junta Electoral o incluso instituciones penitenciarias se conviertan en los grandes protagonistas de la campaña electoral. Finalmente en este suscinto muestrario en el oscurantista juzgado número trece de Barceiona se piden fianzas exageradas e inalcanzables a los investigados por el procés. Ello hace que muchos pierdan su fe en la justicia e incluso opinen que las sentencias están decididas mucho antes que acaben los juicios.

Si esto no es un juicio político con unos presos políticos al menos se le parece mucho y hace sospechar que no solo la fiscalía es la encargada de «afinarlo».

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