Acatan Junqueras y los Jordis

21/05/2019

Luis Díez.

Los diputados independentistas catalanes presos (Oriol Junqueras, de ERC, y Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull, de Junts per Catalunya) acataron la Constitución sin apearse de sus principios soberanistas y participaron en las cuatro votaciones de la sesión constitutiva del Congreso para elegir a los nueve miembros de la Mesa. Es lógico que acapararan la atención de los medios informativos, pues nunca se había visto a unos tipos sometidos a juicio por supuesta rebelión y otros delitos ejerciendo de representantes de todos los españoles o “padres de la patria”, que diría el clásico. Entraron al hemiciclo entre aplausos de los suyos. Junqueras, en traje y corbata, los ojos de perdiz perdida, saludó al presidente del Gobierno en funciones, el socialista Pedro Sánchez. “Hemos de hablar”, le dijo mientras estrechaba su manos. “Dentro de la Constitución, por supuesto”, le respondió Sánchez sin levantar el trasero del escaño azul. Luego Junqueras conversó más despacio con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, con las ministras Magdalena Valerio e Isabel Celá y con sus compañeros de ERC. Vascos de Bildu y PNV y también podemitas y algún socialista le saludaron escalera arriba o escalera abajo durante las cuatro horas de trasiego de las votaciones. Los también presos Turull y Rull, los dos con el cabello en retirada, lucían en la solapa pequeñas rosas amarillas. Su compañero Jordi Sánchez llevaba el lazo áureo, reclamando libertad. Varios familiares acudieron a verlos desde el palco de invitados. Algunos recibieron llamadas telefónicas y se hicieron fotos con los teléfonos móviles junto a sus compañeros. Fotos para el recuerdo, pues son gente instruida y sabían que participaban en su primera y última sesión de la legislatura, dado que la ley de enjuiciamiento criminal y el reglamento del Congreso impide el ejercicio parlamentario a los procesados. Será la Mesa, previo informe de los letrados, quien les suspenda en sus funciones, es decir, de empleo y sueldo. Por si acaso, los jefes del PP y C’s se apresuraron a pedir su suspensión. El PSOE guardó silencio al respecto. La suspensión de los cuatro deja la mayoría absoluta en 174 votos y facilita la elección de Sánchez como presidente del Gobierno en la primera votación sin necesidad de contar con los secesionistas.

La elección de la Mesa del Congreso se produjo según el reparto proporcional de puestos previsto entre los cuatro grupos mayoritarios. La exministra y cabeza de lista de los socialistas catalanes Meritxell Batet quedó a un voto de los 176 necesarios en la primera vuelta, pero se convirtió en presidenta del Legislativo tras la segunda, con 175 papeletas frente a las 125 de Ana Pastor, quien sumó las papeletas del PP, C’s y Coalición Canaria. En el Senado, el también socialista catalán Manuel Cruz, filósofo y escritor, salió elegido presidente sin doble votación. “Se ha especulado sobre la decisión de situar a dos catalanes en las presidencias del Congreso y el Senado –dijo Pedro Sánchez en la reunión del grupo, en referencia al veto de los nacionalistas a Miquel Iceta como senador designado por el Parlament y presidente de la Cámara Alta–, pero son personas de diálogo, de concordia y de puentes, catalanes al servicio de España y españoles al servicio de Cataluña”.

Cuando llegó la hora de jurar o prometer la Constitución, Oriol Junqueras empleó la siguiente fórmula: “Desde el compromiso republicano, como preso político, por imperativo legal, sí prometo”. Similares alegatos emplearon sus compañeros de ERC y también los colegas del PDeCAT. Los diputados de EH-Bildu repitieron la fórmula “por imperativo legal” que acuñaron en las pasadas legislaturas. El jefe de Vox, que se sentó inmediatamente detrás del presidente Sánchez, a quien ni siquiera saludó, juró “por España”. Lógico. Lo eutrapélico habría sido por Irán, sin ir más lejos. Con todo, para hacer saber a los ultraderechistas que ni son más españoles ni más patriotas que los demás, Pablo Iglesias añadió el nombre de España a su promesa constitucional. Pero fue el jefe naranja Albert Rivera quien, con grandes aspavientos y estiramientos de brazos, protestó contra las palabras de los nacionalistas catalanes en sus acatamientos constitucionales. La presidenta Batet le hizo saber que no iba a interrumpir el proceso, y al terminar le dio la palabra por una cuestión de orden. Entonces Rivera dijo que habían atacado la “dignidad nacional” por considerarse “presos políticos”. “¡Aquí no hay presos políticos!” Enfatizó. Batet le explicó con razones jurídicas que el acatamiento de la Constitución era válido. Y zanjó la cuestión. Junqueras y otros diputados de ERC la aplaudieron cuando, antes de terminar el pleno, pronunció un breve discurso sobre la pluralidad y el respeto al otro. Un respeto que los del PP, C’s y Vox demostraron con los pies (pateando) y la laringe (berreando) a los nacionalistas catalanes y vascos. Rivera salió muy satisfecho de haber demostrado mayores reflejos que sus competidores Casado y Abascal en la cruzada contra los enemigos de España, o sea. Luego ya, en lo atinente a si son “presos políticos” o “políticos presos”, lo único cierto es que fueron encarcelados por su política, debido a la fuga del cobarde Puigdemont. Y como tales presos, al penal de Soto del Real fueron devueltos. Eran las 14:20 horas del 21 de mayo del corriente.

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