A finales de 2012, el fotógrafo y videoperiodista Ricardo García Vilanova fue secuestrado en Alepo (Siria) durante 11 días. En septiembre de 2013 fue nuevamente secuestrado, y esta vez su paso por las cárceles secretas del autodenominado Estado Islámico duró más de seis meses.

«Cuando fue liberado evitó el protagonismo y denominó ‘accidente laboral’ a lo ocurrido», cuenta otro fotógrafo, Gervasio Sánchez, en el prólogo de «Fade to black. Ascenso y caída del califato del ISIS. 2011-2019. Siria, Irak y Libia», editado por Blume con el apoyo de DKV Seguros.

Tras recuperarse de la dureza del cautiverio, Ricardo García Vilanova «volvió a enfundarse el traje de faena y regresó al campo de batalla con la misma pasión y fortaleza mental y con un único objetivo: seguir documentando el desastre épico», cuenta Gervasio Sánchez.

Éste pide mirar las fotografías del libro, fruto de 9 años en los frentes de guerra de Siria, Libia e Irak, «con calma, observen los rostros de los protagonistas, sientan su coraje, el miedo que parece traspasar el papel impreso, intenten escuchar los gritos de los heridos, presten atención a quienes parecen haber perdido hasta el habla».

El trabajo de Ricardo García Vilanova muestra su compromiso por visibilizar las injusticias. Sus fotografías forman parte de la exposición «Creadores de Conciencia», que DKV lleva impulsando desde 2018 con motivo del XX aniversario de las acciones de responsabilidad social de la aseguradora. Se trata de una exposición de 120 imágenes de 40 fotoperiodistas que recorre España para «incomodar al poder, interpelar a la sociedad, remover conciencias», como explica Josep Santacreu, consejero delegado de DKV Seguros.

Solidaridad con el sufrimiento

«Creemos en el periodismo de calidad y, particularmente, en la fotografía de prensa como elementos esenciales de la libertad de información imprescindible en cualquier democracia, pero además pensamos que constituyen en muchas ocasiones una declaración de solidaridad con el sufrimiento humano que pretende provocar la empatía necesaria para sacudir las conciencias individuales», explixca Josep Santacreu.

El libro, como la exposición «Creadores de Conciencia», es un homenaje al fotoperiodismo, a los que se juegan la vida por documentar la realidad y denunciarla. Es también una invitación a seguir, por todos los medios posibles, mostrando situaciones de fragilidad, revelando contextos de vulnerabilidad de derechos y evidenciando los desastres de las guerras.

Como hace Ricardo García Vilanova en «Fade to black». Quizás lo que más impresione son las fotografías de tres dibujos realizados por niños sirios, como el que muestra al dictador Bashar al-Ásad temiendo a su propia sombra, el que retrata una decapitación, y los ataques sufridos por la población de Alepo.

Porque no hay que olvidar que fue la masacre constante de civiles por parte del régimen de al-Ásad la que propició la entrada del ISIS en Siria y su expansión como califato, que a su vez sembró la muerte y la destrucción tras secuestrar la revolución popular que comenzó en 2012.

También impresionan las historias de «quienes no tuvieron más remedio que reinventarse para sobrevivir como indivduos, como familia y como pueblo». Ricardo García Vilanova muestra tres: Yasser, Yaorub y Marwan, en Siria, Iraq y Libia.

Zonas «donde el ISIS no consiguió consolidar su califato pero sí destrozar la vida y las esperanzas de generaciones enteras».