Las acciones europeas están sufriendo su mayor caída desde mayo de 2016. Estas caídas están proporcionando unos niveles lo suficientemente óptimos como para pensar en un rendimiento interesante para los próximos meses. Los factores que están perturbando la estabilidad son los desastres políticos que se están dando en Reino Unido e Italia, a lo que hay que sumarle la ya prolongada guerra comercial que está librando Estados Unidos con gran parte del mundo, siendo su principal foco la economía China. A este gran cúmulo de circunstancias hay que sumarle que los malos resultados de beneficios que se están dando en las acciones europeas provocan una clara rebaja en el precio de las acciones.

Muchas grandes gestoras  aprovecharon valientemente estas rebajas para comprar  acciones europeas, después  que hace casi medio año infra ponderaran su peso en Europa. Con un horizonte temporal a más largo plazo,  es factible que en los próximos años Europa ofrezca mejores oportunidades que Estados Unidos.

En la actualidad el mayor receptor de inversión es el mercado norteamericano, pero sólo será cuestión de tiempo que exista un catalizador que cambie la mentalidad,  ya que actualmente ningún inversor esté sobre ponderando la renta variable europea, pero no parece ser que la percepción inversora sobre Europa vaya a peor y nos encontramos ante un momento de suelo.

La renta variable europea continental está en la actualidad pasando por un momento delicado, por la reducción de beneficios, la salida de fondos y unas expectativas de crecimiento por debajo de lo esperado.

Esto se debería ver como una clara oportunidad para comprar acciones que por valoración se encuentran con un descuento importante,  cuya capacidad de rendimiento es lo suficientemente elevado para conseguir un potencial de retorno atractivo en los próximos meses e incluso en una inversión a largo plazo.

Jorge López es analista de XTB