El proyecto de ley del Sandbox (banco de pruebas) se aprobó el 22 de febrero de 2019 y está pendiente de su aprobación por el Parlamento. La Asociación Española de Fintech e Insurtech (Aefi), que agrupa a 126 empresas, urge al nuevo Gobierno y a los grupos parlamentarios a aprobar cuanto antes esa norma, porque «el Sandbox español es uno de los más completos y puede situar a España a la cabeza de la innovación tecnológica financiera», afirma su presidente, Rodrigo García de la Cruz. «Lo ideal es que nadie tenga que irse fuera de España, pero el talento y la innovación no esperan», avisa.

«Llegamos un poco tarde, pero estamos a tiempo», resalta Jaime Bofill, socio del despacho de abogados Hogan Lovells, partner jurídico de la Aefi y con experiencia en este campo, ya que ayudó a poner en marcha el primero en el Reino Unido, aprobado en noviembre de 2015 y operativo desde junio de 2016. Este Sandbox ha generado 125 proyectos, con una media de inversión de 6 millones de libras. Holanda, Dinamarca y Polonia ya han aprobado sus Sandbox, figura que también existe en Australia y en Singapur, entre otros países. Y el Reino Unido ya ha creado un Sandbox global para competir con el que prepara la Unión Europea.

«Si tenemos Gobierno pronto, la ley del Sandbox puede aprobarse en septiembre y entrar en funcionamiento a finales de año», señala Bofill. La Aefi estima que el banco de pruebas generará en dos años 5.000 empleos y atraerá una inversión superior a los 1.000 millones de euros. La idea es seleccionar entre 20 y 30 proyectos en cada convocatoria, y que haya dos cada año.

«El Sandbox es un espacio perfecto para la conversación entre la fintech o la insurtech  y el regulador y el supervisor, y al mismo tiempo es la herramienta ideal para la colaboración entre las startup y los bancos y las aseguradoras», insiste el presidente de la Aefi. «Seremos el primer país de habla hispana en poner en marcha un Sandbox», recalca.

La propuesta más ambiciosa

«El proyecto español es más amplio y ambicioso, ya que es el único que plantea la modalidad de no sujeción, que permite a las fintech e insurtech que realicen actividades no expresamente reguladas hasta ahora, como los neobancos, la intermediación de criptomonedas o las ofertas iniciales de éstas, las ICO, empezar a probar sus productos en un espacio seguro y controlado», señala Jaime Bofill.

La otra modalidad que plantea el Sandbox español es la exención: las fintech o insurtech podrán operar en el mercado sin necesidad de cumplir todos los requisitos de obtención ordinaria de una licencia.

«El Sandbox supone un espacio de pruebas controlado y no desregulado que identificará proyectos que mejoren la prestación de servicios financieros, con unos protocolos de supervisión,un criterio de proporcionalidad, el principio de igualdad de trato para todas las entidades, seguridad jurídica, y una permanente revisión y actualización de la regulación que afecta al ecosistema fintech», explica el socio de Hogan Lovells.

El presidente de la Aefi destaca varios ventajas del Sandbox:

1.-reducción de costes y del tiempo de lanzamiento al mercado de productos y servicios

2.-consolidación de la posición estratégica de España en el ecosistema fintech internacional

3.-mayor competencia en el mercado, con el consiguiente beneficio para los consumidores

4.-acceso a una mejor financiación

5.-posibilidad de crear un hub de innovación financiera y aseguradora que mire tanto a Europa como a América Latina

6.-creación de empleo de calidad

7.-incentivo al emprendimiento, a la innovación

y 8.-atracción de inversión y de talento.