Las entidades protagonistas del proceso de viabilidad de Dia no quieren que las diferencias que les separan para materializar el acuerdo de reestructuración financiera de la cadena de supermercados eleven el riesgo en el que aún está inmersa la compañía. Ni los bancos que mantienen deuda ni la sociedad LetterOne, controlada por el inversor ruso Mijail Fridman y que es propietaria de casi el 70% del capital de Dia.

Las negociaciones prosiguen y, según se indica en medios consultados, pese al comunicado de L1R Invest Holding (fondo de LetterOne) a la CNMV de este lunes en el que se supeditaba la ampliación de capital de 500 millones al pacto con los acreedores, el objetivo es no apurar más plazos y cerrar el acuerdo en los próximos días.

Si bien no se ha cumplido con la fecha de 15 de junio, límite puesto para acordar las condiciones de la refinanciación de la deuda, un tope clave es el 19 de julio cuando vencen bonos por 306 millones de euros. Dia debe además modificar su estructura de capital y fondos propios para salir de la situación de quiebra técnica.

Todos los factores que permanecen sobre la mesa están tan relacionados que añaden obstáculos para avanzar. Los responsables de la cadena de supermercados quieren asegurarse además unos costes financieros -y ese es uno de los problemas que han emergido- que no hipotequen la compañía a largo plazo. Y el peso de los hedge funds en la deuda quieren rentabilizar las inversiones que han realizado.