El cofundador de Cabify, Vicente Pascual,  aprovecha su intervención en el curso de la Apie para proponer a los reguladores un debate de «largo alcance» que permita crear una política de movilidad «real»  que tenga en cuenta los cambios económicos que se están produciendo en España sin dejar de lado el fomento de la innovación y del crecimiento.

En este sentido, pide crear estrategias y acciones concretas que eviten la competencia entre comunidades, ya que se limita la posibilidad de que ofrecer un servicio en cualquier otra zona sea «sencillo». «Ésta es una de las grandes dificultades y aunque se puede hacer, el papeleo y las múltiples ventanillas dificultan mucho la operación, sobre todo para los operadores pequeños», señala.

Pascual defiende que hacer que las empresas pequeñas puedan extenderse a otros mercados ayudaría a crear grupos en España con capacidad de expandirse a lugares donde hay menos competencia y para los que no se ha alcanzado la escala suficiente para hablar de «tú a tú» con los reguladores del país.

El confundador de Cabify considera que Europa está «mucho más del lado de la regulación que protege que de la regulación que fomenta el crecimiento de la innovación». «El regulador europeo no está jugando este rol de fomento de la innovación, y al final lo que pasa es que la innovación llega, pero llega de otros lados», subraya.

Cabify no opera en todas las ciudades españolas porque la regulación está «extraordinariamente atomizada». La compañía analiza dónde hay capacidad de entrar en un mercado y crecer: «Vamos donde se dan las oportunidades, y donde no se dan estas circunstancias no podemos entrar, aunque nos gustaría».

«Plataforma que abraza al taxi»

Vicente Pascual asegura que el conflicto entre el sector del taxi y el de los VTC es «un mito». Insiste en que Cabify «es una plataforma que abraza al taxi», y que éste debe ser «una opción más» dentro de su plataforma para cubrir las necesidades de los usuarios.

Recuerda que Cabify adquirió en 2017 Easy Taxi en Latinoamérica: «Pensamos que unir el taxi dentro de Cabify añadía muchísimo valor, se produjo la adquisición y nos llevó a estar presentes en 12 países, casi 100 ciudades, con 50.000 empresas trabajando con nosotros, más de 1.500 empleados trabajando directamente para el grupo en todo el mundo y generando empleo directo en todos los países en los que operamos».

Los planes de la compañía pasan por seguir avanzando en facilitar la solicitud de un taxi desde la plataforma de Cabify, que en España solo se hace en Santander con un proyecto piloto, pero que la empresa desea extender a más ciudades.

«Cabify es una compañía que abraza al taxi y que realiza más trayectos en taxi que ‘peer to peer’ y creemos que deben seguir creciendo las dos partes de la ecuación, esto solo acaba de empezar», insiste su cofundador.

Sobre la regulación aprobada en Barcelona que establece una hora de precontratación del servicio, Pascual admite que ha afectado, pero sobre todo al usuario, porque es una restricción que «dificulta el acceso al servicio y hace que la gente tenga problemas de acceso a movilidad». «Esto tiene implicaciones no solamente en el número de usuarios y velocidad a la que podemos dar servicio en Barcelona, sino que también tiene impacto en nosotros, ya que esta regulación está siendo lesiva para el crecimiento», señala.

Pascual resalta que a Cabify «le obligaron a salir» de Barcelona y encontró la forma de volver a entrar,porque es un mercado en el que cree y porque había un grupo de conductores bastante amplio que se iba a quedar desempleado.

«No creo que el progreso sea quitar opciones a los ciudadanos y espero que podamos hacer partícipes de esta idea a todos los nuevos centros de decisión políticos que se están formando», señala el cofundador de Cabify, porque las ciudades españolas tienen un problema de movilidad y el uso masivo del vehículo privado «no es la mejor opción para hacer que sean más habitables».

Sobre el tipo de contrato que tienen los trabajadores de Cabify, Pascual deja claro que la mayoría tienen contratos indefinidos, regulados por su convenio sectorial. Cabify ha entrado en una industria donde «cada vez hay más empleo y necesidad», está creando miles de oportunidades de empleo directo, «muchas veces en colectivos que estaban teniendo dificultades».

Beneficios en 2019 o en 2020

Cabify alcanzó unos ingresos de 144 millones de euros en España en 2018, lo que supone duplicar su facturación respecto a un año antes, y espera obtener un resultado positivo en 2019 o en 2020. A pesar de incrementar sus ingresos un 98%, el resultado de explotación todavía era negativo, de alrededor de 3,5 millones de euros, frente a las pérdidas de 5,1 millones de 2017. El número de viajes realizados en Cabify el pasado año creció por encima del 100%.

«Entendemos que para que todo este modelo funcione y sea sostenible tiene que dar dinero», señala Pascual. Cabify tiene una apuesta por ser una empresa rentable «desde ya», que crece aceleradamente pero que «no deberían existir dudas sobre su capacidad de ser rentable y tener un modelo de negocio que genere ingresos».

Salir a Bolsa está en la hoja de ruta de la compañía, pero sin fijarse fechas: «Es un poco el camino que vamos trazando y en los próximos uno o dos años iremos dando mas noticias al respecto».

La compañía no paga Impuesto de Sociedades  debido a que no tiene beneficio, pero es «absolutamente falso» que Cabify no pague impuestos. «En términos de IVA y de pago sobre sueldos y salarios estamos pagando por encima de los ocho millones de euros en España. De los 144 millones de facturación, nuestro ingreso neto y a partir del que se empiezan a descontar cifras de gasto es sustancialmente menor, está algo por encima de los 20 millones. Estamos pagando por encima del 30% de impuestos», subraya.