Ramsés, el complejo ubicado en pleno corazón de la capital, acoge un nuevo concepto gastronómico como resultado de su alianza con Arzak Instructions, sociedad fundada por Juan Mari Arzak, su hija Elena y los tres miembros clave de su laboratorio creativo en San Sebastián, Xabier Gutiérrez, Mikel Sorazu e Igor Zalakain.

Con sus más de dos mil metros cuadrados distribuidos en dos restaurantes, un jardín japonés y varios salones privados, este multiespacio acaba de presentar hace pocas semanas su última apuesta: Ramses with Arzak Instructions, un proyecto que alcanza a todos los espacios gastronómicos del famoso establecimiento, incluida su siempre animada terraza (donde se ofrecerán formatos culinarios más informales de carácter mediterráneo). Para la decoración se ha vuelto a confiar en la firma y la creatividad del interiorista Philippe Starck a la hora de rediseñarlos.

Además de contar con un menú degustación a un precio de 59 euros, hay una carta no muy extensa, pero con los platos bien seleccionados. Pidiendo a la carta el precio medio suele rondar los 60 euros por comensal.

A los aperitivos, que incluyen los imprescindibles de Ramsés (como ostras, caviar sobre blinis, jamón Joselito o anchoas del Cantábrico), se suman ahora propuestas creativas entre las que destacan huevos y huevas (huevos con caviar y toques violetas), la ensalada de cannabis (de cáñamo con tomates asados y brotes de verdura), la ensalada de bogavante (al horno con lino crujiente, muy rica) o el rabón (rabo de toro con romero y endivias guisadas), un claro guiño a la capital. Otra propuesta muy aconsejable entre los primeros son las patatas al horno con trufa de invierno, que están deliciosas.

Sobresalen también el pichón asado con barquillo de maracuyá o el imprescindible lagarto de cerdo ibérico con mariposas de mandarina (uno de los mejores platos de la carta). También destacan los pescados como la merluza (se ofrecen sus kokotxas y su receta en salsa verde), ingrediente fetiche de la cocina vasca y de la española, así como de la casa Arzak, y el lenguado a la parrilla con limones enterrados al carbón que está muy rico. Para finalizar se ofrecen postres como puerta blindada (chocolate cremoso con crujiente de calabaza) o el cubismo (dados de manzana rellenos y cremosos).

El salón es elegante, luminoso y acogedor. Lo mejor es reservar en una de las mesas que se encuentran al lado de los grandes ventanales.