CaixaBank plantea que se obligue a las BigTech a compartir los datos de sus usuarios

19/06/2019

Miguel Ángel Valero. Su presidente, Jordi Gual, deja muy claro que el banco de La Caixa no modificará su plan estratégico por la prolongación "anómala" de los tipos de interés bajos. Sobre la nueva ley de crédito inmobiliario, Gual precisa que la norma es "bienvenida", pero recuerda que "no se pueden vender hipotecas a pérdidas" y que los precios se determinan también por los movimientos de sus competidores.

Amancio Fernández, codirector del curso, y Jordi Gual, presidente de CaixaBank. (Fotografía de Manuel Casamayón/ Apie).

«El principal activo de las grandes plataformas digitales es el acceso a la información de sus usuarios, de los que obtienen multitud de datos», afirma el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, en el curso de la Apie en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander. También subraya que estas BigTech «cuando entran en un mercado, tienen tendencia a dominarlo, apoyándose precisamente en los datos».

Gual plantea que, lo mismo que la Directiva PSD2 obliga a la banca a abrir los datos de sus clientes a otros operadores, se extienda a las grandes plataformas digitales esa misma exigencia de portabilidad de la información de sus usuarios y de compromiso de utilizarla en beneficio de éstos. También sugiere que se impogan medidas que garanticen la competencia en esos mercados. «A mayor privacidad de los datos, menores ingresos por publicidad en esas plataformas», señala.

«La banca es el garante natural de la privacidad de los datos de sus clientes, porque y su negocio no es compartir los datos ni son los ingresos por publicidad, maneja información, pero sobre todo confianza, en una relación con el usuario que tiene voluntad de largo plazo. Y es el uso responsable de esos datos, en mejor servicio del cliente, el que genera esa confianza», frente a escándalos protagonizados por las BigTechs con la información de sus usuarios.

Reputación «deteriorada»

Para el presidente de CaixaBank, la única manera sostenible de mejorar la «deteriorada» reputación de la banca es contar con entidades comprometidas ética y socialmente con su entorno, «entidades financieras responsables que se preocupen de los entornos en los que operan», que desarrollen «una función social que vaya más allá del puro negocio, porque el beneficio no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir un objetivo». En el caso del banco de La Caixa, «contribuir al bienestar financiero del cliente y al progreso de toda la sociedad».

Eso supone evitar el «cortoplacismo, que no facilita la inversión en tecnología ni en capital humano», y apostar de verdad por el largo plazo, «que es mucho más rentable». «Una visión a largo plazo tiene claro impacto en los resultados económicos, ya que se presentan mejores resultados en volatilidad y retorno total a accionistas», argumenta

Pero, además de una visión a largo plazo, se necesitan entidades que se preocupen de todos los grupos de interés que participan en el proceso de creación de valor en la empresa. «En un modelo de grupos de interés frente al modelo tradicional de maximización de valor para los accionistas, la compañía no solo persigue incrementar al máximo el patrimonio de sus propietarios, sino que se preocupa también por un conjunto más amplio de grupos de interés y fomenta una relación de confianza entre los accionistas, clientes y el conjunto de las partes implicadas en la empresa», señala Jordi Gual.

Y se necesitan entidades financieras que planteen también objetivos no financieros, que tengan que ver con los desafíos medioambientales y el progreso de la sociedad.

«Nos interesa que nuestros clientes y el conjunto de grupos de interés se desarrollen positivamente y estén con nosotros muchos años y su situación personal y familiar mejore, y nos interesa también la reputación colectiva, pero la mejor manera de actuar es hacerlo donde tenemos incidencia: nuestra propia entidad», señala el presidente de CaixaBank.

Sin variaciones en la estrategia

La prolongación «anómala» del período de tipos de interés bajos «no va a modificar el plan estratégico de CaixaBank, que ha demostrado su capacidad de resistir en ese escenario», aunque lógicamente Jordi Gual aspira a «una normalización monetaria lo antes posible».

CaixaBank potenciará las activiidades de seguros, de gestión de activos, de banca transaccional, tarjetas e intercambio de pagos, entre otros recursos, para compensar los tipos bajos. Gual descarta cobrar a los clientes por sus depósitos .

En cuando a si la entidad encarecerá las hipotecas por la entrada en vigor de la nueva ley de crédito inmobiliario, Gual precisa que la nueva norma es «bienvenida», recuerda que «no se pueden vender hipotecas a pérdidas», y que los precios se determinan por los movimientos de sus competidores. «Es una política comercial en la que especialmente tienen un papel el comportamiento de los rivales y los tipos de referencia del Banco Central Europeo», matiza.

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