Josep Piqué

Las negociaciones para la compra de ITP Aero por parte de Indra avanzan en diversos ámbitos: financieros (con la ampliación de capital y préstamos), políticos y en el de la creación de la estructura interna del nuevo grupo. ITP conservará su denominación y sede -en Zamudio-, dos aspectos que no se discuten, cuando se ultima el engranaje que unirá las gestión y los equipos de las dos empresas.

La operación cuenta con el apoyo del Gobierno en funciones, que tiene prerrogativas específicas en esta operación al ser propietario del 19% del capital, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Estatales (Sepi), y por el carácter de algunas de las actividades de la compañía que preside Fernando Abril-Martorell. La Sepi acudirá a la ampliación para no diluir su participación, si bien se conversa la presencia del Gobierno vasco.

En esta línea, fuentes consultadas señalan que la transacción supondrá la salida de la presidencia de ITP de Josep Piqué, que ocupa el puesto por el apoyo de Rolls-Royce, actual accionista mayoritario de ITP tras comprar la participación de la familia Sendagorta. En las negociaciones que se desarrollan tiene un papel muy relevante Ignacio Mataix. Exdirector general de ITP, fue nombrado el pasado año consejero ejecutivo de Indra con responsabilidad en las actividades de Defensa y Seguridad, Transporte y Gestión de Tráfico Aéreo

La operación, que aún tiene que sortear obstáculos, por los cruces de alianzas de las empresas protagonistas, tiene como objetivo básico la creación de un grupo de mayor proyección en las actividades aeroespaciales y de defensa. Como señaló Abril-Martorell en la junta de accionistas a Indra le dotaría de una mayor escala en el ámbito aeroespacial que la permitiría competir mejor en los mercados internacionales. Y más capacidad tecnológica para acceder a contratos de mayor entidad y a clientes Tier 1, al ser ITP uno de los proveedores globales de la industria de los motores de aviación.