Llegó el momento de la verdad. La crisis griega ha sido combatida mediante un acuerdo que, explícitamente, había sido refutado por las agencias de rating. Se supone, por tanto, que los mercados tienen asumido que la deuda griega puede ser nuevamente degradada como lo ha sido hoy por parte de Moody’s. De hecho, los subidones de los índices en días atrás venían a suponer un «me da igual lo que hagan con el rating griego». Pero no. No les ha gustado ni un pelo la nueva rebaja del rating griego, por mucho que estuviera completamente dentro del guión.

Pero no es menos cierto que no les ha gustado porque hay otro par de factores que no han acompañado en absoluto. Las negociaciones para elevar el techo de deuda americano se han estancado, si es que no van hacia atrás. Republicanos y demócratas tensan la cuerda mucho más allá de lo que sería recomendable y el 2 de agosto está a la vuelta de la esquina.

Y luego está lo de la intervención de la CAM por parte del Banco de España. No creo que a nadie le haya sorprendido porque la CAM estaba para intervenir desde hace meses y si no se ha hecho antes es porque hubo unas elecciones autonómicas de por medio. Esperemos que no se haya llegado demasiado tarde.

Evidentemente, lo de la CAM ha supuesto un jarro de agua fría para el de siempre, el Ibex, que también ha acusado la rebaja del «rating» griego. La prima de riesgo española ha vuelto a superar los 300 puntos y volvemos a estar sobre arenas movedizas.

¿Y el resto de índices? Pues miren, al Dax parece que todo le sienta bien. Estuvo más remolón la semana pasada y ahora sigue a lo suyo, subiendo poco, pero subiendo. El FTSE sigue en la línea de «equilibrio» con mínimas pérdidas y el CAC se mantiene entre dos aguas. Los índices periféricos, Ibex y Mibtel, volvieron al infierno. Pongámosle números. El Dax avanzó un 0,34%, el FTSE se dejó un 0,16%, el CAC perdió un 0,64% y el Ibex un 1,92%. Peor le fue al Mibtel con una caída del 2,43%.