«El contenido condiciona la forma», proclama Eva Alonso, que sabe de lo que habla porque es sumiller por la Cámara de Comercio además de Brand Ambassador en Bodegas Arzuaga.

Acompañada por Javier Navarro, de la Dirección Comercial de Bodegas Arzuaga, y ‘compinchada’ con Luis Miguel Moreno, chef de Diurno, el restaurante que el grupo Mercado de la Reina tiene en la calle San Marcos de Madrid, ofrece una demostración de cómo un vino sabe totalmente diferente en función de la copa en la que es servido y bebido.

Porque cada vino tiene su copa, aunque siempre se puede recurrir a la Riedel 1, que es la más versátil. Y doy fe de que un mismo vino, servido en su copa y en otra, parecen y saben totalmente distintos. Y es que la forma condiciona el contenido, que aquí el orden de los factores no altera el resultado, pero sí el sabor.

Además de aprender en carne propia la verdad sobre el vino y su copa, Arzuaga y Diurno nos hacen adentrarnos en un recorrido de sabores y de aromas a través de un maridaje perfecto entre comida y bebida.

Pasen y vean:

1.-Amaya Arzuaga, en homenaje a la diseñadora. Un Ribera del Duero ‘vestido’ con diseños de la artista Amaya Arzuaga. «El vino más francés de la gama Arzuaga», para Eva María Alonso. «La sensualidad y la elegancia hechas vino», según el folleto comercial de la bodega. Está realizado con dos varietales, un 95 % de uvas tempranillo y un 5% de la variedad Albillo, procedente de viñedos centenarios de la Ribera del Duero.

Los entrantes perfectospara este vino son un Carpaccio de ternera marinada rúcula y
lascas de parmesano, y jamón ibérico Denominación de Origen Guijuelo sobre pan cristal con tumaca. Ambos platos van como anillo al dedo a este vino que sobresale no sólo por los vestidos de la botella sino también por sus notas tostadas y caramelizadas.

2.-Arzuaga Reserva: «La elegancia en esencia», «la esencia de la Ribera». Es un vino limpio y brillante de un rojo rubí con matices amoratados que le confiere las uvas de tinto fino (95%), Merlot (3%) y Albillo (2%) y la crianza en barricas nuevas de roble francés durante 26 meses. Eva María Alonso explica que el Riedel es la «copa ideal» para el tempranillo

El plato perfecto para acompañar este vino es un Tataki de bonito del Cantábrico con aliño de sésamo y huevas sobre arroz jazmín, que combina a la perfección con las notas de compota de frutos rojos del bosque y los tonos de ahumados y torrefactos.

3. Arzuaga Rosae: “Nostrum Vinum Roseum”, que en latín suena muy bien. Todo un descubrimiento, especialmente para los que no son amantes del rosé, porque es un vino soberbio. Realizado con una única variedad de uva, es 100% tempranillo. Vino limpio y brillante, rosa palo de baja
intensidad y con irisaciones cobrizas.

Este rosado con toques tropicales y notas florales casa a la perfección con el plato principal de la propuesta gastronómica del chef del Diurno: un trío de arroces: negro integral, rojo thai y jazmín, magret de pato y setas de primavera, trigueros y mango.

y 4.-Arzuaga Reserva Especial: «El terruño en alta expresión». Dos varietales 95 % de tempranillo y 5% de Albillo y un envejecimiento de 24 meses en barrica, fermentado 100% con raspón, le confieren un color rojo púrpura intenso con matices cardenalicios.

Un maridaje de contraste con este vino digno de un cardenal y hasta del Papa de Roma son estos dos postres: Tarta doble de chocolate y trufas de chocolate, que complementan los sabores con el toque de frutas negras, menta y tonos caramelizados.

La bodega tiene otras propuestas: Pago Florentino, «el sol en una copa de vino», de Malagón (Ciudad Real), de la Denominación de Origen Vino de Pago; La Planta, un Ribera del Duero que es «el mejor acompañante de las tapas»; Arzuiaga Crianza, «nuestra insignia», Arzuaga Crianza Uvas Ecológicas; Arzuaga Gran Reserva, «la serenidad de un viejo amigo»; Gran Arzuaga, «la tradición hecha vanguardia»; y el banco Fan D. Oro; además del aceite de oliva virgen extra de Noez (Toledo), en cornicabra y en arbequina.