…y el sol volverá a salir al amanecer

22/07/2019

Josep M. Orta.

En otros tiempos las sesiones de investidura acaparaban buena parte de la audiencia del país. Después la costumbre los vuelve tediosos. Si antes los oradores no hablaban para el hemiciclo si no para los televidentes, hoy siguen sin hablar para los diputados pero la audiencia entre la población también parece más que reducida. La en otro tiempo reivindicada petición del respetable – el “dale caña” – hoy ya aburre y la credibilidad de las promesas que se puedan hacer desde el hemiciclo es recibida con no poco escepticismo.

Escribo estas líneas horas antes de que Pedro Sánchez defienda su investidura y las incógnitas si prosperarán las negociaciones con Podemos, o el sentido del voto de los nacionalistas catalanes y vascos no parecen perturbar las vacaciones de unos o la espera de los días de ocio de los que las disfrutarán en agosto. La letra pequeña del debate, tanto la pública como la que hay que leer entre líneas ya aburre.

Sin embargo en estos debates uno tiene la impresión que todos los diputados oyen pero nadie escucha. La prueba es que tras la intervención inicial del presidenciable el resto de grupos, lejos de responderle, sacan un montón de folios que sólo podrán leer gracias a la generosidad -o no- de la presidenta de la Cámara. Es evidente que no les ha dado tiempo en escribir en la breve interrupción para el almuerzo.

Si alguna vez hubo la cortesía parlamentaria hoy parece evidente que la han relegado al baúl de los recuerdos. La crispación de la clase política en los últimos tiempos hace previsible que se traslade al Congreso y los augurios catastrofistas se buen seguro que aparecen. Si el hemiciclo fuera un reflejo de la ciudadanía se podría decir que estamos al borde de una guerra civil. Afortunadamente el país real es mucho más sensato por mucho que algunos jueguen a dividirlo y enfrentarlo.

Muchos, desde la playa o la montaña o en este estado etéreo de quien vive las últimas horas de trabajo soñando más en las vacaciones que en la tarea profesional

Pase lo que pase estos días en el Congreso, hagan las promesas que hagan los dirigentes para que nos creamos “que vamos a ir tan bien” o las proclamas de la oposición de que “España se hunde”, para el común de los mortales la credibilidad de estas promesas o denuncias es mínima y nadie cree en varitas mágicas que solucionen los mil y un problemas que tiene tanto el país como sobretodo en la lucha diaria para la supervivencia.

Por ello para muchos la única verdad es su creencia que tanto mañana como pasado, al amanecer, volverá a salir el sol.

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