Los índices americanos han aprovechado la sesión para relajarse de nuevo y hacer caja ante el «impasse» que se ha impuesto en las negociaciones sobre el techo de deuda. Si los políticos no se mueven, ¿por qué iba a hacerlo el mercado?

Ahí tenemos a los políticos americanos enfrascados en el deporte nacional del político español: «y tú más». Que si nada de acuerdos a corto plazo, que si nada de aumentos de impuestos, que si este recorte por aquí, que si este otro por allá, que si esto se ha roto por tu culpa, que no que ha sido por la tuya. Un desastre más o menos tan grande como el patrio pero con la variedad de que el mercado está absolutamente seguro de que al final habrá acuerdo.

Nadie habla abiertamente de la posibilidad de que el 3 de agosto nos despertemos sin un acuerdo que permita a Estados Unidos hacer frente a sus pagos y el propio mercado cae muy poco, lo que deja bastante claro que no está descontando un «default» americano. Quizá lo peor esté en el perfil de las sesiones, que se empeñan en intentar remontar sin resultado positivo. De momento, nada grave, pero tampoco podemos perder de vista que a medida que se acerque la fecha fatídica aumentarán los nervios.

Entre tanto, anotaremos una nueva caída de los índices y una vez más la más abultada se produjo en el Dow Jones, que perdió un 0,73%. El S&P 500 bajó un 0,41% y el Nasdaq Composite un 0,10%.