Los contratos de formación y prácticas caen por debajo del 1% del total de asalariados

05/08/2019

Luis M. del Amo. Patronos y sindicatos disienten sobre las causas del declive y reclaman su reforma.

Lejos quedan los tiempos en que los contratos de prácticas y formación cobijaban al 2% largo del total de personas asalariadas en España; es decir, unas 250.000 personas. Era el año 2001 pero la crisis, en primer lugar, y luego las reformas legales, hicieron perder peso a estas dos modalidades de contrato, y muy especialmente a aquella destinada a ayudar a los jóvenes sin ninguna cualificación a meter un pie en el mercado de trabajo.

El contrato de formación y aprendizaje, dedicado a jóvenes sin estudios, y el contrato de prácticas, reservado a universitarios y a los módulos superiores de formación profesional, apenas representan ya el 1% del total de las personas que cotizaban en julio a la Seguridad Social mediante su régimen general.

Se trata de una cantidad muy similar a la que, en los peores años de la crisis, se reproducía en un país cuyas empresas vivían al límite de sus fuerzas, confinadas a los límites de la estricta supervivencia en materia de contratación, en torno al año 2012.

Según el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), el año pasado el número de contratos para la formación y el aprendizaje superó la cifra de 52.800.

Sin embargo, el ministerio de Trabajo reconoce que es el contrato de formación el que padece un “estancamiento sustancial” desde 2016. Así pues, según los datos de la Seguridad Social – que no proporciona los datos desagregados – se desprende que de los 148.000 personas englobadas en el colectivo, menos de 40.000 lo hacen con un contrato de formación mientras el resto, en torno a 110.000, corresponden en realidad a titulados, medios y superiores, en prácticas.

En cualquier caso, los datos sobre edad son significativos. Y revelan que menos del 42% de los afiliados a la Seguridad Social mediante estos dos tipos de contrato en julio tiene menos de 25 años. En concreto el número medio de cotizantes a la Seguridad Social con contratos de aprendizaje, formación o prácticas el pasado mes de julio se situó en 7.068 entre los 16 y 19 años; 55.226 entre 20 y 24 años; mientras que el resto, hasta los 148.645, tenían 25 años o más. De hecho, más de 7.000 tenían 45 años o más.

Causas del declive

El principal motivo aducido por Trabajo para justificar el declinar del contrato de formación reside en una modificación legal que, desde el año pasado, impide contratar en formación mayores de 25 años, una posibilidad abierta por la reforma laboral de 2012, que el actual Ejecutivo – hoy en funciones – taponó el año pasado. Desde 2012, cuando se abre una etapa de recuperación de este contrato, fue posible contratar a personas hasta los 30 años mediante esta modalidad contractual.

El recorte en la edad de los posibles beneficiarios, así como de algunos incentivos que se mantenían en tanto la tasa de paro superara el 15%, acentuó el declive de este contrato que hoy se dirige a personas entre 16 y 25 años que no tienen la cualificación profesional necesaria para firmar un contrato de prácticas (universitarios y titulados en formación profesional media o superior), y cuya duración se fija entre un mínimo de un año y un máximo de tres, con un salario que no puede ser inferior al salario mínimo interprofesional, en proporción a la jornada.

Un dispendio de dinero público”

Para Comisiones Obreras, sin embargo, el contrato de formación ha supuesto un “dispendio de dinero público” derivado del chorreo de incentivos a la contratación, que, entre 2013 y 2018 el sindicato cifra en 2.000 millones de euros, y que buscaban favorecer la firma de este tipo de contrato, abaratando la factura de la Seguridad Social a los empresarios.

A pesar de ese “dispendio”, el sindicato sostiene que el contrato de formación apenas ha conseguido favorecer la inserción laboral de los más jóvenes, ya que, aseguran, tan solo el 36% de estos contratos firmados el año pasado recayeron sobre jóvenes sin estudios o con estudios primarios; aquellos a quienes en principio iba destinado, opinan desde la central, que pide la reforma de este tipo de contrato.

CEOE pide ampliarlo a parados de larga duración

En cambio, CEOE, en un documento reciente que cita La información, reclama que este contrato de formación y aprendizaje se vuelva más flexible, permitiendo a los aprendices trabajar en el turno de noche, y que los parados de larga duración, sin límite de edad, puedan acogerse a este modalidad, a fin de mejorar su empleabilidad, aducen los patronos en este informe titulado La normativa laboral, a debate, que cita el digital.

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