Poco a poco, muy silenciosamente, el pesimismo se ha instalado en el mercado como consecuencia del estancamiento de las conversaciones para elevar el techo de deuda en Estados Unidos. Y hoy, de repente, ha llegado el pánico. No es un pánico europeo, sino estadounidense y, por tanto, mundial.

Ahora resulta que tanto hablar al otro lado del Atlántico de los problemas europeos con la deuda griega y tenían que haber mirado a su propia casa. No será porque no se lo advertí, pero ya saben ustedes que mi capacidad de influencia sobre Wall Street no es que sea escasa, es que es nula.

Lo que ha ocurrido hoy es sencillamente que los operadores han contado con los dedos los días que quedan para el «default» y aunque siguen confiando en un acuerdo de último minuto ahora suponen que la «triple A» del rating estadounidense va a volar en apenas unas horas.

Las agencias de rating han advertido y ahora ha llegado el momento de pasar a la acción. Desde luego, con Grecia no se han andado con tantos miramientos y con España tampoco.

Podrían ustedes decir aquello de «eso no va con nosotros» y eso es exactamente lo que ha intentado hacer el Dax en los dos últimos días, pero aunque nos pese, todo lo que pasa en Estados Unidos nos afecta como si lo viviéramos en primera persona. Las cosas están montadas así y no hay forma de cambiarlas.

En estas circunstancias, los índices europeos han intentado la «machada» de aguantar con dignidad durante toda la mañana, pero ha sido «despertar» Wall Street y llegar el pánico. Y cuando digo pánico, digo pánico. Hoy no ha habido aquel «orden» que tanto me gustó en ocasiones anteriores. Después de las dos de la tarde, el mercado se ha convertido en un «sálvese quien pueda» y daba igual mirar a Alemania, al Reino Unido o a España. Un desastre.

Esperemos que tras la tempestad venga la calma y que esta caída sea lo que están necesitando los legisladores yankees para ponerse las pilas,. pero por si acaso yo no apostaría. El Dax se dejó un 1,32%, el FTSE un 1,23%, el CAC un 1,42% y el Ibex un 1,93%. Números de los que empiezan a dar miedo…