Las negociaciones para formar Gobierno entre el PSOE y IU-Podemos se mueven por horas entre la sensación de fracaso, que conllevaría la convocatoria de elecciones, y la idea de que el dirigente de la coalición, Pablo Iglesias, puede verse abocado a ceder y facilitar la formación del Ejecutivo que presidiría Pedro Sánchez, aun sin ministerios. Las últimas declaraciones de la vicepresidenta en funciones del Gobierno, Carmen Calvo, apuntan a dar paso a IU-Podemos a organismos que pueden contar con más poder que algunos ministerios. Se ha citado, entre otros, a la CNMV, si bien las negociaciones incluirán también a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), según medios consultados.

Este organismo, que tiene capacidad de supervisión y regulación, es clave en áreas tas estratégicas como la energética o las telecomunicaciones. Y la política energética, con un objetivo de desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático, es una de las prioridades del PSOE. También de Podemos.

La formación del Ejecutivo, si se logra el acuerdo este mes, coincide además con la salida, al cumplirse seis años en el cargo, de cinco consejeros de la CNMC, del presidente, José María Marín Quemada, y de la vicepresidenta, María Fernández. Si hay elecciones, deberán permanecer en sus cargos hasta que se forme el nuevo Gobierno después de los comicios.

En definitiva, lo que ahora vale es posible que ya quede obsoleto más adelante, en función de los resultados electorales. El ministro de Economía es quien debe proponer los nombres, para después pasar por el examen de la Comisión de Economía del Congreso y después ser aprobado por el Consejo de Ministros. Se necesita, por tanto, el mayor consenso posible.

Ahora, con la salida de varios consejeros propuestos por el PP, se abre una nueva posible configuración, en la que podría entrar una candidato propuesto por Podemos, según los mismos medios. Si bien añaden que, en función del conjunto de las negociaciones, la concesión del PSOE llegaría, en el caso máximo, a la vicepresidencia.

En cualquier escenario, la presidencia se reservará para una persona próxima a los socialistas, pero con un fuerte perfil técnico. En este contexto, se indica que Mariano Bacigalupo, consejero actual a propuesta del PSOE, se enfrenta a la dificultad para acceder a la presidencia por ser el marido de Teresa Ribera. Entre los nombres que se barajan están el de Ignacio Pérez Arriaga, ingeniero especializado en electricidad, que ha participado en la elaboración de programas energéticos. Aunque, la posibilidad de que sea el ex-ministro y ex-presidente de REE, Luis Atienza, es elevada.

Además de quiénes ocuparán los puestos que quedan vacantes, el interés político y de los sectores afectados se centra en las competencias de la CNMC. El PSOE parece que asume el mantenimiento de su actual estructura, es decir, no dividir la entidad, como se desprende, por ejemplo, de la apertura a consulta pública realizada el pasado julio de la transposición de las directivas sobre la Competencia. El partido socialista es la formación que más apoya dar peso a los organismos reguladores.

La CNMC tiene ahora entre sus manos temas tan relevantes para las empresas energéticas como sus propuestas para la retribución de las redes gasistas y eléctricas,  aunque el tema central es ampliar y consolidar competencias.