Los mercados europeos han realizado una limpieza de impresión en los dos últimos días y tiene toda la pinta de que el recorte ha tocado a su fin. Ha sido salir un dato de desempleo bueno en Estados Unidos y aparentar que por fin se va a votar la ampliación del techo de deuda en Estados Unidos para que la situación mejore sustancialmente en apenas unos minutos sin que, en realidad, nada haya cambiado, lo que da una idea bastante aproximada de las ganas que tienen los índices de salir catapultados hacia arriba.

De hecho, hoy se ha dado una de las condiciones favoritas del mercado en Europa para «indicar» que mañana puede ser el día: ha subido el Ibex contra todo pronóstico al mismo tiempo que el Dax ha experimentado una sensible rebaja (en la que Siemens tiene bastante que ver, por cierto), Ahora solo faltaría la segunda, que es una subida clara de los índices americanos, para que el pistoletazo de salida esté servido, después de muchos meses.

Ahora bien, también les advierto de otra cosa. Si los índices vuelven a arrancar en falso y se agotan en apenas un par de días o tres, no lo duden y vendan. En ese caso la opción es la liquidez salvo que le gusten las emociones muy fuertes en su bolsillo.

De lo ocurrido hoy me quedo con la capacidad de recuperación mostrada por el FTSE y de la liquidación ordenada observada en el Dax. La vuelta del orden a la operativa es fundamental para sentar las bases de una reacción que luego llegará o no, pero que no llegará si la caída es simple pànico.

Al cierre, el Dax alemán perdía un 0,86%, el FTSE subía un 0,28%, el CAC bajaba un 0,57% y el Ibex avanzaba un 0,14%. Como pueden observar, de locos.