El envejecimiento eleva al 30% la tasa de dependencia pese al repunte en inmigración

12/09/2019

Luis M. del Amo. Crece otra vez el flujo desde América Latina y cae el procedente de otros países de la UE, según Banco de España.

Fuente y elaboración: Banco de España

La población en España crece por encima de lo esperado, hasta rozar los 47 millones de habitantes, gracias a las nuevas llegadas de inmigrantes, especialmente de Latinoamérica. Con todo, la población envejece. Y la tasa de dependencia, esto es, el cociente entre los mayores de 64 años y la población en edad de trabajar, roza ya el 30%, seis puntos más que al inicio de la Gran Recesión, según un recuadro publicado hoy por el Banco de España con datos correspondientes a 2018.

El envejecimiento de la población avanza imparable a pesar de la sorpresiva recuperación del flujo de entrada neto de inmigrantes, que el año pasado superó las 330.000 personas, unas 80.000 más de las previstas por el Instituto Nacional de Estadística (INE); tras años de fuertes descensos en las entradas netas durante la crisis.

Gracias a esta llegada de inmigrantes, la población española superó el año pasado los 46,9 millones de personas, unas 100.000 más que en su anterior máximo histórico, en 2012. Y ello a pesar de que, por segundo año consecutivo, el número de nacimientos fue inferior al número de muertes. Un saldo vegetativo negativo en más de 50.000 personas, como consecuencia de un retroceso en el número de nacimientos – por debajo de los 370.000 – y de un leve incremento de las defunciones.

Un dato aún peor entre los nacionales, cuyo saldo vegetativo superó los 100.000 individuos, si bien pudo ser casi compensado por el aumento de las adquisiciones de nacionalidad, casi 100.000.

“Esta evolución demográfica dio lugar a una prolongación del progresivo proceso de envejecimiento de la población en España”, advierte el recuadro del Banco de España, que formará parte de su próximo boletín trimestral.

Inmigrantes con estudios medios

El recuadro ofrece además algunos rasgos sobre la población que llega a España, tanto en relación a su destino, como a su procedencia y nivel educativo.

Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana siguen concentrando en términos absolutos el mayor número de llegadas; si bien, en porcentaje sobre la población, los incrementos más elevados se dan en Baleares y Canarias, además de Cataluña y Madrid.

Razones económicas, como la creación de empleo, y con una relación menos clara, menores tasas de desempleo, explican la concentración de inmigrantes sobre esas regiones, especialmente en el sector servicios.

Un dinamismo que se ha mantenido en 2019 a la luz de los datos de la última encuesta de población activa que con datos del segundo trimestre refleja un aumento del 7,1% de la población extranjera, levemente por encima del 6,2% de finales de 2018.

Fuente y elaboración: Banco de España

Por procedencia, los datos de 2018 revelan algunos cambios respecto a años anteriores. Destaca por un lado el aumento de entradas desde Iberoamérica hasta representar un 31,7% del total de las llegadas, frente al 17,5% de 2014; especialmente de las procedentes de Colombia y Venezuela. Y la caída de las entradas desde otros países de la Unión Europea (UE) de casi 12 puntos, hasta el 25,9%; sobre todo desde Rumanía.

En cuanto al nivel educativo de las personas que se trasladan a vivir a España, apenas hay cambios significativos. Siguen llegando extranjeros con un nivel medio de estudios. Y los de estudios bajos representan menos del 20%, es decir, unos quince puntos menos que en 2008.

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