Algunos congresistas estadounidenses se apresuraron a calificar de «circo» la situación planteada ayer en la Cámara. El línder de la mayoría republoicana suplicaba a los suyos el voto para una iniciativa que permitiese elevar el techo de deuda y sus propias filas dijeron que ni hablar. Buscó apoyo entre los demòcratas y le dijeron poco más o menos lo mismo.

La clave está en el Tea Party de la señora Palin, que se niega en rotundo a aceptar un programa de recorte de gastos que califica de escaso y que va unido a la elevación del techo de deuda. Son muchos los que califican esta actitud de «pura excusa» y subrayan que tampoco apoyaría cualquier otro plan.

¿Y por qué no apoyan los demócratas el plan y «salvan así a Obama? Porque el plan republicano tiene «truco». Eleva el techo de deuda pero deja a Estados Unidos en la misma situación aproximadamente en diez meses con lo que en plena campaña presidencial volverían a las andadas, algo que no quiere ver ni en pintura el propio Obama.

Los demócratas quieren que se despejan las dudas sobre la deuda hasta pasado 2012 y hasta ahora los republicanos se niegan. Los demócratas tienen mayoría en el Senado y los republicanos en el Congreso, donde el Tea Party es muy poderoso. Juegan a la política con el porvenir del mundo. Es el circo americano. En una pista, los malabaristas, en otra los trapecistas y en otra los leones. Y, por supuesto, correteando por todas partes, los payasos.