Encauzada la estabilidad política hasta el final de la legislatura, y con el cambio más profundo de los miembros del Gobierno emprendido por José Luis Rodríguez Zapatero desde su llegada al poder, el presidente comienza ahora su ofensiva contra el punto más débil: el empleo. Para ello se reunirá este martes con los “barones” socialistas a fin de lanzar la reforma de las políticas activas de empleo, mientras el próximo viernes, su recién nombrado ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, intentará en su primera toma de contacto oficial con los líderes empresariales y sindicales rehacer el maltrecho diálogo social.

Zapatero quiere ahora dejar despejadas todas las dudas que han creado incertidumbre entre los ciudadanos. Una de las principales, la ampliación de la edad de jubilación hasta los 67 años, punto en el que el Ejecutivo podría haber dado marcha atrás, dada la impopularidad de la medida, a cambio de ampliar el periodo de cómputo de la pensión, dar una vuelta de tuerca para impedir las jubilaciones anticipadas y buscar mecanismos que hagan efectivo que los trabajadores se jubilen a los 65 años y no a las 63 años de media actual.

En el encuentro tendrá lugar en el Consejo Territorial socialista donde Zapatero espera diseñar la “nueva agenda social”, cuyo primer punto será la reforma de las políticas activas de empleo, según ha reconocido el nuevo secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, quien ha preciso que los nuevos objetivos no significa que se pondrá más dinero, sino que se establecerán prioridades y buscar fórmulas para que sea más eficaz el dinero utilizado, ya que en opinión de Iglesias “gastamos mucho dinero y se podría sacar más partido”.

Sobre las políticas activas de empleo, a las que se destinan en la actualidad 12.000 millones de euros, los máximos responsables socialistas intentarán dar con nuevas soluciones, que al parecer podrían pasar por “reorientar” el gasto, fórmulas con las que atender mejor a los parados, así como reorientar su formación hacía “actividades emergentes”. Desde el Ejecutivo siempre se ha dicho que la dependencia es uno de los principales yacimientos de empleo.

Para fortalecer estos argumentos, los socialistas acuden con estudios de la propia Unión Europea donde se destacan que en el Viejo Continente existen tres millones de puestos de trabajo sin cubrir que requieren cualificaciones específicas. Se trata, por tanto, de analizar, localizar y promover dichas cualificaciones en nuestro país.

No obstante, no se puede olvidar que las políticas activas de empleo están transferidas a las comunidades autónomas, por lo que las conclusiones a las que se lleguen en esta reunión serán trasladadas a los responsables autonómicos correspondientes.

Como siguientes puntos de la “nueva agencia social” se encontrarán la formación, sobre todo profesional, y las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar. Se trata de proyectos sin excesivo coste, algunos de los cuales se pretenden poner en marcha a corto plazo, y otros requerirán de una ejecución más a medio plazo, según ha explicado el número tres socialista.

En dicha agenda, además de las reformas ya anunciadas por el Gobierno como la cohesión social, la reforma laboral y de las pensiones, el sistema energético y problemas tan actuales como las ayudas al carbón.

El Consejo Territorial, presidido por Zapatero, lo integran todos los presidentes autonómicos socialistas y los secretarios generales regionales del PSOE; junto al secretario de Organización, Marcelino Iglesias (también presidente aragonés); el secretario de Política Autonómica, Gaspar Zarrías; el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro; la portavoz socialista en el Senado, Carmela Silva; y el secretario general de Juventudes Socialistas, Sergio Gutiérrez. Una vez concluida dicha reunión, está previsto un encuentro de trabajo a la que asistirá el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez.

Recuperar el diálogo social

No será ésta la única reunión que tiene el titular de Trabajo en su agenda de esta semana. El próximo viernes, y tras cinco meses consecutivos de ruptura del diálogo social, la nueva secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, ha convocado a los dirigentes sindicales, en un intento de pasar página de la huelga general convocada el pasado 29 septiembre. En dicha reunión también estará presente también la secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón. Los número dos de las centrales sindicales, Ramón Górriz (CC.OO.) y Tony Ferrer (UGT) serán los interlocutores. Trabajo todavía tiene que cerrar la agenda con los representantes de la CEOE, que no estarán presentes en este encuentro de carácter bilateral.

{destacado}Trabajo pretende recuperar las buenas relaciones con los sindicatos, rotas con la impuestoa reforma laboral. El propio Gómez, que se manifestó junto con los líderes sindicales el día de la huelga general, se ha propuesto “arreglar” esta situación. Y aunque en el trasfondo quede el desarrollo reglamentario de la nueva normativa laboral, en Trabajo pretenden que se dé prioridad a las políticas activas de empleo (cuya reforma habrá sido diseñada este martes) a fin de dar una salida a los más de cuatro millones de parados.

Trabajo se ha marcado los próximos tres meses como plazo clave para avanzar en posibles acuerdos en materia de formación, aunque no parece que en CC.OO. y UGT haya interés en avanzar en otras cuestiones hasta que el nuevo ministro de Trabajo les despeje qué hará con el desarrollo reglamentario de la reforma laboral, tras el “éxito” que consideran fue la huelga general. Por este motivo, los representantes sindicales irán con sus propias propuestas, incluidas las que de “suavizar” los aspectos más controvertidos de la reforma (el coste del despido).