Con el paso de los días desde que saltó la quiebra de Thomas Cook, esperada pero no por ello menos traumática para el sector turístico, se suceden las noticias de compañías que se acogen al concurso voluntario de acreedores o que directamente preparan su disolución. Ahora casi tres semanas después del desmoronamiento de la agencia británica de viajes, la patronal europea de hoteleros Hotrec ha señalado que la quiebra golpea con fuerza al sector y que «cientos de hoteles» quedan al borde del cierre en toda Europa. Y además subraya que estos establecimientos se enfrentan a esta posibilidad de forma inmediata.

Los hoteles, añade esta asociación, afrontan facturas impagadas por cientos de miles de euros y cancelaciones de reservas que conllevan la reducción de las tasas de ocupación. Además algunos establecimientos operaban en exclusiva para la agencia quebrada. En este contexto, el máximo directivo de Hotrec, Christian de Barrin, solicita a los Gobiernos europeos que pospongan el pago del IVA de las facturas que todavía no se han pagado. De lo contrario, quedaría amenazada la viabilidad a corto plazo.

Para la patronal europea otro problema que se suma a los anteriores es la obligación que tienen los hoteles de prestar servicios a los clientes que contrataron paquetes turísticos con Thomas Cook, mientras que se prevén demoras en el cobro de los seguros y garantías. No obstante, este tema es más polémico ya asociaciones de agencias de vieja han señalado que en algunos casos los hoteles obligan a los clientes a pagar las facturas, pese a que ya habían abonado los gastos a Thomas Cook.

La crisis del grupo británico, que contaba con casi 180 años de historia, está teniendo un furrte impacto en el sector turístico español. El grupo movía más de siete millones de personas en los aeropuertos de España al año, la mayor parte procedente de Reino Unido, Alemania y países del norte de Europa.