La situación de las plantas siderúrgicas españolas es crítica como se refleja en las medidas que adopta la multinacional ArcelorMittal y en los datos que aporta, aunque sea para presionar a la Administración, en los que indica que una parte relevante de sus instalaciones no son competitivas. Y los costes energéticos son el principal lastre, un aspecto que comparte con otras empresas para las que la energía en un factor clave.
Y esta situación se reitera cuando además Europa es ´víctima’ de las guerra comercial entre las dos grandes potencias mundiales: Estados Unidos y China. Los aranceles impuestos por el presidente norteamericano, Donald Trump, al acero chino se traduce en una mayor llegada de productos siderúrgicos extracomunitarios a los mercados europeos a precios sospechosos, que no pagan además aranceles medioambientales.
La caída de la demanda y el alza del precio del hierro suman puntos en la crisis que afecta también otros productores en Europa, ThyssenKrupp y Tata Steel, entre otros. En España, junto a Arcelor, los factores negativos afectan asimismo a Acerinox.
En este contexto se ha celebrado este jueves un encuentro entre Lakshmi Mittal, presidente de ArcelorMittal, y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, para abordar los problemas del grupo -líder europeo del sector-. Las medidas deberán centrarse en conjunto en la reducción de la factura energética, que incluya la asignación extra de fondos para compensar los costes indirectos del CO2. Son temas que, según medios consultados, tiene asumido el Ministerio de Industria y que son en general compatibles con la política energética que preparaba el Ministerio de Transición Energética y con el desarrollo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Si bien, la situación provisional del Ejecutivo impide cualquier avance.
La actuación que sí se ha materializado ha sido la propuesta del la ministra de Industria, Reyes Maroto en funciones a la UE. En en una carta remitida a la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmströn, asume que la difícil situación que atraviesa la siderurgia, que conlleva el riesgo cierre de líneas y plantas de producción en la UE. Destaca las distorsiones que sufre el mercado, provocadas por la debilidad de la demanda y la competencia de las importaciones. Y pide medidas de salvaguardia para la industria.
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