La crisis griega y su «conjunción astral» con la crisis de la deuda americana ha dejado a los tiburones muy crecidos porque han visto dónde está el flanco más débil y por dónde se puede atacar. Visto lo visto, atacar a España era un «deporte» interesante pero se han dado cuenta de que si el ataque incluye a Italia, las cosas irán mucho más favorables a sus intereses.

Ha quedado al pairo la desunión absoluta de loa UE, su incapacidad de reacción, su tardanza en cualquier toma de decisiones, su ingobernabilidad, las rencillas existentes entre los unos y los otros, las enormes dificultades para llegar a acuerdos y, sobre todo, se ha visto claro que Ángela Merkel está harta de todos sus socios, así que los tiburones han apostado sobre seguro. El juego se llama «vamos a fastidiar a la Merkel a ver hasta dónde llega su paciencia» y la han emprendido contra España e Italia sin piedad.

Bien es cierto que tanto España como Italia tienen en su haber suficientes méritos como para ser objetos de atención por parte de los más aguerridos bajistas del mundo. Muchos. incluso, aseguran que «se lo han buscado».

Con el «rating» pendiente de un hilo y unas elecciones anticipadas por delante, los bajistas han visto el cielo abierto en nuestro país de nuevo. Si encima la oposición proporciona la carnaza necesaria, pues miel sobre hojuelas.

Total, que si con lo de Grecia se bajaba de medio en medio punto diario, al haber subido el nivel de los ataques ahora se baja de dos puntos en dos puntos. Y nos podemos dar con un canto en los dientes de que no sea un auténtico desplome porque ahora no hay posibilidad de salvación. La UE no puede entrar a rescatar a España e Italia y dependemos de nuestras propias fuerzas y de las de Berlusconi, lo que es mucho confiar, sin duda.

Para colmo, al otro lado del charco parece que los mismos tipos andan buscando las cosquillas a Ben Bernanke para ver si pone en marcha aquellas medidas «nunca antes puestas en práctica» ante la evidencia del deterioro del crecimiento económico en Estados Unidos.

Con estos ingredientes no es posible otro panorama más que el bajista y así seguirá hasta que Wall Street decida darse la vuelta, pero ni un minuto antes. Los mercados europeos han quedado a merced de los tiburones y solo el FTSE parece tener capacidad para plantar cara. El resto, ni están ni se les espera.

Así las cosas, las caídas han sido abultadas. El Dax se ha dejado un 2,26%, el CAC un 1,82% y el Ibex un 2,18%. Como les decía, sólo el Footsie ha plantado cara, con una caída del 0,87%. Y lo peor es lo que queda por delante. Crucemos los dedos.