Espectacular vuelco del mercado. Primero amenazó con llevarnos a la más negra de las tinieblas y luego resultó que «era broma», con lo los índices volvieron no ya a su punto de apertura, sino bastante más arriba. Y todo ello sin noticia positiva a la que poder agarrarse para la recuperación. Puede que estemos ante el día D del inicio de la recuperación de los precios, aunque yo no me confiaría demasiado,

Quizás ocurrió que se produjo una «relectura» de los datos del ISM de servicios y de la proyección de empleo privado de ADP y que el mercado pensó que tampoco eran tan malos. De hecho, el dato de empleo puede ser considerado «bastante potable» si lo que busca la economía americana es que crezca el consumo, su tarea pendiente hasta ahora.

Sólo creciendo el empleo crecerá el consumo en Estados Unidos. Ha sido así durante siglos y no tiene visos de que vaya a cambiar, como tampoco cambia el hecho de que el PIB americano dependa una enormidad del consumo interno.

De hecho algunos expertos ya se han lanzado a dar por buena esta explicación, pero para mí sigue siendo más válida otra. El mercado ha dado un primer aviso a Bernanke y ha sido un aviso contundente. Nada más y nada menos que nueve sesiones consecutivas a la baja y no a cualquier ritmo.

Ahora bien, han llegado al lugar donde las cañas se tornan lanzas y se deshace a la baja el triángulo que dibujaba el S&P 500 y eso supone un riesgo excesivo. En otro orden de cosas, se ha llegado a dónde había que llegar, Bernanke ha escuchado con nitidez el mensaje y si hay que volver a las andadas se vuelve, pero antes habrá que soltar lastre a mejores precios.

Eso sí, todo queda pendiente de un hilo y las sesiones van a ir a la par de las noticias que vayan surgiendo. Los toros han reaparecido muy abajo, pero que muy abajo, lo que significa que el mercado está para pocas alegrías. Cuando la cosa es menos seria, aparecen mucho antes.

Con este estado de cosas, nos podemos mantener unas semanas en la franja que va desde aquí hasta los 1.340 puntos del S&P 500, aunque se me antoja demasiado arriba, pero todo se vendrá abajo estrepitosamente si los datos macro siguen hablando de crecimiento debilitado y Bernanke no interviene.

Lo peor es que tendrá que intervenir «atado» por sus propias palabras. Puso la miel en los labios a los que mandan en este cotarro y eso siempre es peligroso. Ahora ya sabemos cuánto de peligroso, pero les garantizo que estas caídas pueden ser un juego de niños si las cosas no van como deben ir y Bernanke no saca de inmediato de su chistera ese paquete de medidas «nunca antes puestas en práctica».

En fin, que en mi opinión seguimos jugando exactamente a lo mismo y nada ha cambiado aunque el Dow Jones haya subido un 0,25%, el S&P 500 un 0,50% y el Nasdaq Composite un 0,89%.