En la última sesión de la semana, las bolsas europeas han cerrado con signo negativo. El mercado sigue apostando por la firma de un acuerdo comercial entre China y EE.UU., pero recelan de que este se vaya a producir de manera inminente.

El Ibex se ha visto incapaz de mantener sus máximos desde abril y ha acabado cayendo un -0,57% hasta los 9.393 puntos. A pesar de esta caída, el balance de la semana (+0,70%) ha sido positivo. Mientras el DAX alemán ha cedido un -0,46%, han corrido mejor suerte el MIB italiano (+0,13%) o el CAC francés (-0,02%)

Los inversores han puesto nota a los resultados de empresas como Acciona o ACS, que presentaron sus cuentas ayer al cierre. Los títulos de Acciona han sido premiados con un avance del 1,99% y los de ACS con un castigo del -1,39%. A los de Meliá les han dado un aprobado (+1,15%).

Continuando con las noticias corporativas, IAG (-0,73%) ha revisado a la baja sus estimaciones tan solo unos días después de anunciar la compra de Air Europa. Ahora prevé un crecimiento promedio del beneficio del 10% (vs 12% anterior) y una menor demanda de la prevista en el periodo 2019-2023. La mayor subida del Ibex ha sido la de Acerinox (+2,54%), que ha comunicado la adquisición de VDM Metals Holding por 532 millones de euros.

Por su parte, Telefónica ha protagonizado un movimiento de ida y vuelta al calor de los rumores sobre la entrada del fondo KKR en su accionariado. Ha pasado de subir un 3% en la apertura, a cerrar cayendo un -0,12%. Entre los peores del Ibex en el día de hoy han figurado dos pesos pesados como Inditex (-1,69%) y Santander (-2,18%).

De otros mercados destaca el rebote del dólar (1,102 vs euro), la caída del barril Brent (-1,5%) y la firme escalada de los rendimientos de la deuda. El bono española diez años ya está en el 0,39% y el alemán en el -0,25%.

La semana que viene estará marcada por las reacciones a los resultados electorales en España y por la batería de datos macroeconómicos que se publican en Europa y que servirán para medirle el pulso a la temida desaceleración económica. Desde el plano comercial, además del acuerdo China – EE.UU., se espera que este último se pronuncie sobre la posibilidad de imponer aranceles a vehículos importados desde Europa.