El Brexit y la guerra comercial pasan factura a la producción industrial mundial

09/11/2019

Miguel Ángel Valero. Michael Saunders, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, avisa que la incertidumbre ligada a la salida del Reino Unido de Europa se ha ido volviendo cada vez más perjudicial para el comportamiento real de los inversores.

La producción industrial y otros datos económicos se están viendo lastrados de forma persistente por la incertidumbre sobre la política económica mundial. En Europa, esa incertidumbre se agrava por el Brexit, el ‘culebrón’ que está suponiendo el enrevesado proceso de abandono de Europa por parte del Reino Unido.

Un Informe de DWS destaca que  pocas veces la incertidumbre sobre la política económica mundial se ha situado en niveles tan altos como los que viene marcando en la actualidad. El índice Global Economic Policy Uncertainty (GEPU), que elabora un grupo de académicos estadounidenses, se remonta a 1997 y se actualiza mensualmente. Recoge la frecuencia relativa de una serie de términos relacionados con el riesgo a partir de información procedente de noticias de prensa de veinte países. Este índice mundial representa una media de las tendencias nacionales ponderada por el Producto Interior Bruto (PIB).

Este índice muestra que la relación entre los cambios en los niveles de incertidumbre y la producción industrial mundial era bastante endeble en los primeros años de esta década. Pero sobre todo avisa que esta relación es cada vez más fuerte. Esta tendencia resulta aún más evidente si se analizan los datos de comercio mundial.

Michael Saunders, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, señala que en los últimos meses la incertidumbre ligada al Brexit se ha ido volviendo cada vez más perjudicial, no solo para el sentimiento sino para el comportamiento real de los inversores. Especialmente desde el 29 de marzo de 2019, fecha en la que el Reino Unido debía haber abandonado inicialmente la Unión Europea.

Para los expertos de DWS, la respuesta inicial de las empresas a los riesgos que presentaba el Brexit fue posponer sus decisiones de inversión, en vez de cancelarlas. Sin embargo, esta estrategia se ha vuelto más insostenible con cada nueva prórroga (la última, hasta el 31 de enero de 2020) y no solo desde el punto de vista psicológico. Aunque la incertidumbre política no es nada nuevo, cuando más se prolonga, más sentido tiene pensar que nunca se disipará a la hora de planificar.

«Esta explicación sugiere que quizás se está subestimando el riesgo relacionado con los conflictos comerciales de EEUU, el otro factor clave del reciente aumento del índice GEPU. Cuanto más se prolonguen estos conflictos, más dañinas podrían ser sus repercusiones, incluso aunque se alcance un acuerdo temporal, ya que es probable que cada vez más empresas decidan asumir que las amenazas políticas para las cadenas de suministro mundiales se han convertido en algo más o menos permanente», señalan

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