Teruel existe

11/11/2019

Josep M. Orta.

Una de las lecciones de los comicios del pasado domingo es el triunfo de la candidatura Teruel existe. Es la victoria de que España no se reduce a los problemas de la estructura del Estado genéricamente simplificados en numerosas ocasiones con la palabra Madrid. Parece que para muchos el dominio de este poderoso aparato es patrimonio de dos partidos que, como en el siglo XIX, si ayer se repartían su control entre Cánovas y Sagasta, hoy lo hacen entre el PSOE y el PP.

Pedro Sánchez convocó estas elecciones al ver que no podía gobernar en solitario con sus 123 diputados y con un poco más de la cuarta parte de los votantes. Lo dejó muy claro que para él ceder una parte del poder a otras fuerzas era un pecado mortal y tras denostar a los que no les regalaron el voto, prefirió convocar nuevas elecciones con el resultado de todos conocido.

España es un país plural y esta pluralidad es normal que también se refleje en las urnas. Exceptuando la anormalidad de las mayorías absolutas, las dos grandes fuerzas que configuraban un bipartidismo imperfecto articulaban sus mayorías con el apoyo bien de los nacionalistas vascos o el de los catalanes. Ahora este mapa ha saltado hecho añicos y en el Congreso tendrán voz formaciones como el PNV, ERC, Junts per Catalunya, la CUP, el PR de Cantabria, Coalición Canaria, el BNG, Bildu o Compromís, además de Teruel existe.

En la actual coyuntura quizás puedan tener un determinado protagonismo si Pedro Sánchez apuesta por una coalición de progreso, pero hasta ahora esta pluralidad era un hecho casi folclórico que ni se les escuchaba ni pintaban nada, como recordó el añorado José Antonio Labordeta cuando mandó a sus señorías a un determinado lugar, o Juan María Bandrés, por poner solo dos ejemplos.

El presidente en funciones puede ignorar esta realidad, de momento sus augurios de que el nacionalismo secesionista de los catalanes estaba de capa caída por lo menos fue aventurado mientras en el País Vasco los nacionalistas siguen aumentando su electorado.

El rodillo parlamentario propicia que los miles de votos os que tienen estas formaciones ha impedido hasta ahora que se ignoren sus propuestas y que las mayorías en el Congreso los menosprecien. Cuando Pedro Sánchez, por ejemplo, dice que con los separatista no cuenta está diciendo que no cuenta con la mayoría de los catalanes, y en menores proporciones lo mismo vale para Bildu o el BNG.

Hace falta ver si tras el resultado del domingo alguien acepte que España es plural, que no es el monopolio de dos partidos, que son necesarias coaliciones para formar gobierno y, en definitiva aceptar que Teruel existe.

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