La petrolera saudí Aramco ha anunciado que ofrecerá el 0,5% de sus acciones  a inversores individuales en la oferta pública de venta que ultima y que puede ser la más cuantiosa de la historia. El prospecto de colocación de 600 páginas ha sido publicado esta madrugada y en él se señala que el periodo de suscripción queda fijado para esos futuros accionistas entre el 17 y el 28 de noviembre, mientras que para instituciones e corporativos el plazo será del 17 de noviembre al 4 de diciembre.

Si bien el porcentaje es pequeño no lo es su cuantía, ya que la empresa está valorada en el entorno de los 1,8 billones de dólares, aunque algunas firmas bursátiles estiman que es una cifra demasiado elevada.

El Gobierno saudí -gestor de la empresa estatal- ha puesto las condiciones usuales en este tipo de operación: no sacará a la venta más títulos en un periodo de seis meses, mientras que los accionistas no pondrán venderlas durante los primeros doce meses, eso sí, a excepción de los gobiernos extranjeros e inversores estratégicos.

Como en otras transacciones, el colocador advierte de los riesgos y alerta de cuestiones relacionadas con la previsible evolución del mercado del crudo. Con previsiones compartidas con entidades del área entre ellas la Agencia Internacional de la Energía (AIE) o la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), pero incluso con conclusiones más pesimistas, Aramco admite que la demanda de petróleo declinaría en los próximos 20 años. Y esa caída conllevaría impactos a la baja en el los flujos de caja y en los dividendos.

La mayor petrolera del mundo asume así que la política de remuneración a los accionistas dependerá de un mercado en ocasiones tan volátil como el del otro negro. En alguna medida esta advertencia condiciona el anuncio en el que se afirmaba que destinaría 75.000 millones de dólares a los accionistas en 2020.